La capital potosina era consciente de la visita del gigante que horas más tarde recibiría. Por eso, el día comenzó con una lluvia que refrescó y motivó un, al menos, espectacular encuentro entre ex hermanos.
Al son de cumbias, wepas, en medio de olor a garnacha, tabaco y voces infantiles, un mar de enmascarados inundaba las inmediaciones del Alfonso Lastras, que sacaba a relucir los manteles largos para recibir al cumpleañero. El América celebra en San Luis Potosí sus 105 años de historia.
Los elementos de seguridad, que no eran pocos, custodiaban el ambiente de fiesta que se vivía en el Lastras.
Los camiones de los equipos hacían una heroica llegada a las instalaciones del estadio, mientras los aficionados expectantes e ilusionados de ver a sus ídolos vitoreaban las entradas de los automóviles.
Dentro del estadio el graderío se pintaba poco a poco de amarillo y azul: Las Águilas confirmaban su condición de local en San Luis y Ochoa recibía el cariño de su gente, que lo volvía a ver luego de diez años.
La mesa, puesta para un gran duelo; el plato fuerte, la pasión.