El Barça salvó, gracias a un gol de Ronald Araujo, un punto in extremis ante un Granada que deja ‘tocado’ a Koeman. El conjunto barcelonista volvió a pinchar ante el conjunto nazarí, que después de veinticinco visitas perdiendo en el Camp Nou, de repente ha ganado una y ha empatado otra en las dos últimas. La de la temporada pasada le costó LaLiga al Barça; la de la jornada 5 de LaLiga 2020-21 puede suponer el estallido de una tormenta cuyo alcance se determinará a lo largo de los próximos días, aunque el gol de Araujo, a pase de Gavi, apaciguó un poco la virulencia del temporal. Y no es que el Barça no lo intentase. Atacó y atacó, encerró al Granada, pero con casi noventa minutos por delante después del gol del Granada, no fue capaz de romper el muro que dispuso el equipo nazarí después del tempranero gol de Domingos Duarte y todo el botín fue un insuficiente punto, gracias a Araujo.
El técnico barcelonista volvió al 4-3-3 y apostó por la juventud: Balde jugó pese a sufrir unas molestias que acabaron forzando sus sustitución y también estuvo en el once inicial Demir, formando ataque con Memphis como ‘falso nueve’ y Coutinho, en su vuelta al equipo incial. Sólo faltaba Gavi del grupo de jóvenes. Entró en el tramo final, además de Riqui Puig, que por fin jugó aunque sin la relevancia que tuvo Gavi, autor del pase del gol. No se puede acusar al Barça de indolencia más allá de un arranque frío que el Granada aprovechó para sacar petróleo de su primera acción. Después lo cierto es que mereció haber por lo menos empatado. Hubo juego por las bandas, el tan deseado 4-3-3 e intensidad y unos minutos finales en los que no faltaron delanteros. Más bien sobraron. El Barça acabó con Memphis, Piqué, que entró para jugar delante y Luuk de Jong (con el refuerzo de Araujo), dejando las bandas para las entradas de Mingueza por la derecha y Dest por la izquierda. Pero faltó lo más importante: fútbol.
No habían transcurrido ni dos minutos cuando el Granada puso patas arriba el partido en su primer zarpazo. Un córner generado en una internada de Machís, un peligro constante para un Dest intenso y voluntarioso que en defensa sufrió contra el delantero más peligroso de los visitantes. Centró con pobre oposición de Busquets Escudero, el lateral zurdo, tras un mal rechace de Dest y y remató de cabeza a gol Duarte, que ganó en el salto a un Frenkie de Jong que todavía está preguntándose por dónde saltó el central. Hubo un segundo aviso con el Barça aún en pleno calentamiento: Jorge Molina remató alto con el pie un centro, una vez más, de Machís.
A partir de ahí, picó piedra el Barça y se defendió con todo el Granada: líneas juntas, muchas ayudas por parte de todos y pérdidas inaceptables de tiempo con la complicidad de Jaime Latre. Se lesionó Eteki y se fue a la banda. Lo sorprendente es que volvió a entrar… para tirarse al suelo, en el centro del campo, al poco rato. Cinco minutos perdidos de manera indecente. El añadido del primer tiempo fue sólo de cuatro. y había habido un cambio.
El Barça intentó descomponer ese muro que dispuso el Granada a través de la velocidad de Dest y también de Balde, hasta que el tuvo que retirarse con un golpe en la espalda. Por dentro, ponían movilidad Memphis y Demir, con más intención que efectividad. Plano todo lo demás, aunque casi empató Sergi Roberto al encontrarse con un rechace en un córner y chutar sin pensárselo al palo. El disparo sorprendió a Maximiano, el meta nazarí, pero topó con la cruceta.
Ese poste supuso el toque de corneta para que el Barça, al menos, comenzase a encerrar al Granada, cómodo en su esfuerzo cerrando líneas de pase y creciente en su estado de ánimo conforme pasaban los minutos. Tras un nuevo susto cerca de Ter Stegen con gran parada del meta a chut de Monchu tras acción a balón parado, un doble remate de cabeza de Araujo, el primero al rematar un saque de falta de Memphis con paradón extraordinario del portero y el segundo, pudo haber supuesto llegar al descanso con empate. Pero no fue así.
El Barça se lanzó a por el empate desde el primer minuto de la segunda parte, con un Granada que no renunció a aprovechar algunas de las pérdidas barcelonistas para generar peligro, casi siempre a balón parado. Entró Luuk de Jong, su homónimo Frenkie dio un paso al frente y el Barça atacó con un 4-2-3-1 con el que encerró cada vez al Granada. Araujo, ubicado como segundo delantero en cada acción a balón parado, Demir en una acción enrevesada y Memphis en un doble remate anduvieron cerca del gol, pero la gran ocasión llegó en una internada de Frenkie de Jong y un centro hacia Luuk que acabó rematando Memphis alto.
Como parte de la reacción de Koeman, Piqué entró para jugar arriba Luuk de Jong remató fuera un córner lanzado por Memphis a dos palmos de la línea de gol y tras ganar la posición a Luis Milla. Para eso se le fichó, pero en la primera clara que tuvo la falló. Remató mejor Araujo casi inmediatamente, pero el meta Maximiano cazó el balón.
En el desorden final, el uruguayo vio tarjeta en una acción en la que pidió penalti y, finalmente, remató un gol un centro medido del joven Gavi, con lo que encendió el Camp Nou en busca de una remontada final, mientras un desastroso Jaime Latre perdía del todo el control y sólo concedía cuatro minutos de añadido.
