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Rebeca Villuendas: Cambiaría la desigualdad de género en el futbol

Plano Deportivo / Foto: Mexsport | 10 Septiembre 2021 | 14:12

Potente disparo de media y larga distancia, equilibrio, orden, tenacidad son algunos adjetivos que Rebeca Villuendas, capitana del Atlético de San Luis, plasma dentro del terreno de juego. Con 20 años la líder que pareciera inamovible de un proyecto deportivo emergente en la capital potosina platicó con Plano Deportivo sobre su trayectoria, una historia de antología para el futbol mexicano.

Con un emotiva y sincera sonrisa dibujada en el rostro, Villuendas recuerda sus inicios en el futbol.

“Pues, el amor que nace en mí es por parte de mi papá. Mi papá es muy apasionado al futbol. Siempre le ha gustado. Y cuando estaba pequeña, bueno, tengo dos hermanos más grandes que yo, y a ellos pues los llevaban a jugar y todo, entonces, desde ahí me empezó a gustar. Tenía como cuatro o cinco años y pues desde ese entonces, cuando, ahora sí que, pues, toco la primera pelota, mi papá me dijo: ‘¿Te gusta?’ y yo: ‘Sí’, y desde ese entonces, para acá, pues, me gusta el futbol”.

¿Cómo es esa transición del futbol amateur al profesional?

“Pues, fue muchísima la diferencia. Yo jugué siete años con niños y hubo un torneo donde estaba cerca una escuela de futbol femenil. Entonces, jugamos la final contra esa escuela, que tenía varonil y femenil, y pues ellos eran varoniles y haz de cuenta que me ven jugar y todo, y me hacen la invitación, yo tenía entre trece y catorce años, y ellos me invitaron y así fue como cambié del varonil al femenil y yo sentía que había mucha diferencia, ¿no? Por cómo era el trato, y todo, pero cuando llegué a esa escuela, se llama Macro Soccer, estuve dos semanas y me dijeron: ‘Oye, sabes qué, tienes mucho futbol. Vamos a hacer lo posible, pues, para que te lleven a selección, para que tengas visorias y todo’. Entonces, fue de ahí cuando, pues, fue como un plus para mí, ¿no?, fue un empuje y desde ese entonces, desde los trece, catorce años, ya empecé a jugar con el femenil”.

¿Cómo se decide a ser futbolista?

“Yo creo que fue desde el momento en que cambié al femenil, porque yo veía, pues, las cosas muy diferentes, ¿no?, a como se vivían en una escuela varonil. Ahí, en la escuela de Macro Soccer, nos apoyaba muchísimo de que nos sacaba visorias para selección y, en ese entonces, estaba el torneo de ‘Liga Mayor’, en la Ciudad de México, y desde ahí empecé a querer, pues, mi primer sueño fue ir a selección, ¿no?, dije: ‘No, pues yo quiero ir a una concentración, yo quiero el saber qué se siente estar en selección’. Gracias a dios, me llaman a selección y, pues, un año después, dos años después, sale la Liga, ¿no?, y yo le dije a mi papá: ‘Papá, yo quiero jugar en el futbol profesional’ y me dijo: ‘Hija, lo vas a lograr’.

“Mi familia es muy unida y ellos me apoyaron mucho; o sea, mi mamá era la que me llevaba, la que estaba para mí siempre. Entonces, me llaman a selección. Estuve el proceso de la ‘15’, después viene la ‘17’ y, pues, que el Premundial, que torneos y todo eso. Entonces, yo sigo siendo convocada, y todo, y cuando ya se venía lo del Premundial, pues convocaban a 27 jugadoras, ¿no?, de las cuales se llevaban a 21 o 22 jugadoras, y de esas 27 yo era la única que no estaba en Liga, ¿no?, y yo decía: ‘No, pues yo puedo’ y había veces que yo le decía a mi papá: ‘Es que ellas ya están en la Liga, es que ellas esto…’ y mi papá me decía: ‘Sí, pero si tú estás ahí es por algo, ¿no?’.

“Entonces, mis papás me impulsaban a no dejarlo, porque yo decía: ‘No, pues es que ellas ya tienen esto y pues yo apenas voy para allá, ¿no?’, entonces, me dijeron: ‘Si eres capaz de estar ahí, es por algo, entonces, sigue luchando. Tienes nuestro apoyo’ y desde ese entonces, cuando dan la última lista, que ya era la que viajaba al Premundial, pues me llevaban, ¿no? Y yo estaba emocionada y a la vez, pues, le di la razón a mis papás que uno puede siempre y hasta cuando uno quiera, ¿no?, o hasta donde uno diga: ‘No, pues hasta aquí y ahí muere, ¿no?’, pero creo que cuando luchas y sigues siendo persistente y perseverante, pues las cosas se dan a tu favor”.

Nacida en el Estado de México Rebeca emigró a Querétaro, en donde dio sus primeros pasos en el futbol profesional y relata cómo fue ese cambio en su vida.

“Bueno, mi primer equipo fue Querétaro. Llegué a los 16, 17, por ahí, y pues yo estaba en el Premundial y me dijeron mis papás de que ‘te están buscando. ¿Cómo ves? Y todo’. Y yo: ‘Pues ustedes arréglense, ¿no?’, porque pues ellos eran los que tenían más conocimiento en eso. Entonces, mis papás empezaron a ir a Querétaro, y todo. Y pues sí, llego un viernes de la gira y estoy el sábado en mi casa y mis papás platicaron conmigo, y me dijeron: ‘Mira, está esto. ¿Qué quieres? ¿O no? -me dicen- Te vas a ir lejos de la casa’ y dije: ‘No, sí. Si ustedes me apoyan, pues sí me voy’, y ya me dijeron: ‘Bueno’, pero entonces me dicen: ‘Tenemos una mala noticia’, y yo: ‘¿Cuál?’ ‘Pues te tienes que presentar mañana domingo en Querétaro porque tienen pretemporada el lunes’. Y yo le dije: ‘Sí, está bien’.

“Y ya mis papás me dijeron que si estaba segura de eso, que había muchos factores, ¿no?, que iba a estar lejos de la familia, pero que iba a cumplir mi sueño y pues el sueño de ellos, ¿no?, porque siempre han estado. Y yo dije sí, yo me quiero ir yo quiero estar en la Liga, yo quiero probar cosas diferentes y de ahí trascender. Entonces, pues, decido irme a jugar a Gallos y ahí estuve año y medio.

“Cuando llegué a Querétaro creo que fue algo que no se me olvida porque llegué y ya todas me conocían sin yo conocerlas, ¿no? Entonces, cuando llegas y te reciben ‘que esto y que lo otro’ es algo que jamás olvidaré”.

¿La adaptación fue difícil?

“Creo que en lo personal no, porque en la escuela donde yo estaba entrenaba toda la semana, jugaba, ahora sí que, el fin de semana y otra vez empezaba la semana, y cuando teníamos vacaciones, que era igual en diciembre y en junio, teníamos pretemporada nosotras. Nos llevaban a un cerro y estábamos quince días en pretemporada. Entonces, no fue mucha la adaptación porque en esa escuela tomaban mucho el profesionalismo como mujer, ¿no? Creo que es una escuela que forma, pero forma, pues, no solo para que solo llegues y digas ‘ah, esta es mi oportunidad de probarme y la puedo aprovechar’. No. Creo que nos forman para seguir ahí, ¿no?, o sea, es un paso pero no dicen ‘ah, te vas a probar pero no es para que te regreses (a tu casa), es para que te quedes porque todo lo que nosotros te enseñamos es un beneficio, ¿no?’, y creo que sí tienen razón, porque, te digo, en lo personal, no me costó la adaptación. No me costó de que ‘ay no, vengo del amateur y este es profesional y es diferente (en) las cargas de trabajo, todo’, creo que en esa parte no”.

Sin ánimos de ocultar su entusiasmo Villuendas recuerda a su familia, ¿es este su mayor soporte fuera de la cancha?

“¡Sí! Para mí sí. Creo que ellos lo son todo por muchas cuestiones: porque cuando yo estaba triste en el futbol, mis papás me daban ánimos, mis hermanos, y ahora que estoy lejos de ellos, sin su apoyo yo creo que no podría estar bien, ¿no? O sea, independientemente del futbol, creo que ellos son los que me dan motivos para seguir o me dan ánimos y pues el saber que ellos están para mí en cualquier momento o cuando voy a jugar a la ciudad y ellos van, pues para mí es super diferente, ¿no?, porque siempre están al pendiente, a pesar de que no estemos juntos y pues eso es lo que siempre, bueno, al menos yo, valoro mucho de ellos y de, bueno, toda mi familia que también el futbol, o el que yo saliera de casa, nos hizo más unidos”.

La clave para el éxito de Rebeca ha sido “la constancia y la disciplina”, sin embargo, la ambición de crecer se ve reflejada en su llegada a San Luis Potosí.

“(San Luis Potosí) Es una ciudad pequeña, pero muy tranquila y en lo personal no es tanto de que haya mucha diferencia en la Ciudad (de México) porque, pues, desgraciadamente, en la ciudad no tenía esa vida, ¿no?, como una persona normal, porque vivía en casa club, tenía mis comidas, tenía el club. Entonces, al llegar acá solo fue vivir sola que es algo que en lo personal me gusta más, el tener mi espacio y todo eso. Entonces, cuando me vengo para acá creo que fue por un cambio en lo personal, por nuevos inicios, nuevos comienzos y nuevos proyectos, y para mí son nuevos retos, ¿no?

“En Cruz Azul me fue bien, se podría decir, pero cuando yo decido salirme de Cruz Azul y venirme a San Luis fue por nuevos retos, ¿no? Acá el ambiente es muy sano. Jugadoras con mucha hambre de trascender, jugadoras muy jóvenes y, en lo personal, es lo que a mi me gustó más, ¿no? El saber que sí iba a ser un plantel, o la mayoría del plantel iba a ser nuevo, tanto cuerpo técnico como jugadoras, y yo dije: ‘Yo quiero ir a San Luis, o sea, yo quiero vivir eso, aprovechar eso’ y, ahora sí que, en cuanto vengo para acá fue de que ‘no, es un nuevo reto y en mis retos está hacer grandes cosas con este equipo.

“Tenemos para hacer muchas cosas y siento que el equipo está muy comprometido a lo que viene en el torneo. Desafortunadamente, empezamos con equipos difíciles, pero no más allá que complicados, creo que no, pero sí tenemos esa hambre de trascender, ¿no?, esa sangre de que ‘ah no, todos los partidos o todos los entrenamientos los vivimos como si fuera el último’ y creo que eso es algo que me gusta mucho de estar aquí en San Luis”.

¿Cómo ha sido la experiencia de enfrentar a referentes históricas del futbol mexicano?

“Yo creo que, en lo personal, es algo que sueñas, ¿no?, que dices: “¡Ah! ella es una jugadora que admiro, pero ahora que estamos jugando creo que adentro de la cancha somos once contra once y el sobrenombre queda fuera de ella, ¿no?”. Y creo que se ha visto, sí son jugadoras que imponen, pero también nosotras somos jugadoras que tenemos nombre y dentro de la cancha, te digo, somos once contra once y no hay más”.

¿En dónde está parado el futbol mexicano a nivel mundial?

“Yo creo que sí es diferente, pero siento que la liga mexicana está evolucionando cada vez más rápido, ¿no? Nadie pensó que en cuatro años la liga estuviera como ahora está, ¿no? Yo creo que muchos apostaban que la liga iba a ser un hobby, se podría decir, que era un año, dos años y ya después no iba a existir, ¿no? Y creo que en estos cuatro años la Liga MX ha crecido muchísimo y yo siento que sí puede ser de las mejores ligas a nivel mundial”.

Villuendas ha estado, prácticamente, desde el inicio del futbol profesional femenino en México y la polémica por el tema salarial es algo que ha acompañado la corta historia de la liga. Rebeca comparte su visión.

“Pues yo en lo personal no tengo como un conflicto, ¿sabes? O sea, creo que a mí lo que me gusta es jugar. Y no podemos exigir algo que va creciendo, ¿no?, o sea, el futbol varonil lleva sesenta, setenta años y eso es lo que a ellos los beneficia, ¿no?, y nosotras vamos creciendo y tenemos que sembrar bien, se podría decir, ese arbolito para las jugadoras que vienen atrás”.

La Liga MX ayuda a la Selección Mexicana.

“Pues yo creo que hasta el momento lo están haciendo bien, porque se llevan a las mejores jugadoras que ellos ven que están en su momento, ¿no? Entonces, nosotras como futbolistas nos tenemos que seguir preparando para los mundiales que vienen y, pues, para todos los torneos que tiene selección, porque sé que, o al menos se ha visto que la liga mexicana, también impone mucho, ¿no?, o sea, porque la mayoría ya es mexicana y sí vienen extranjeras, pero siento que el futbol mexicano está para grandes cosas”.

¿Se ha encontrado con barreras a lo largo de su carrera?

“Hasta el momento no. Creo que siempre he encontrado salir de eso, siempre he tratado de buscar el mejor camino y creo que hasta el día de hoy lo estoy logrando”.

Si estuviera en sus manos, ¿qué haría Rebeca para cambiar el futbol femenino en México?

“¡Híjole! Yo creo que sería la igualdad de género. Que no sea tan criticado el futbol (femenino), como lo solía ser antes”.

¿Es difícil ser una atleta en México?

“Yo creo que difícil sí, pero no imposible”.

¿Rebeca Villuendas se ve en San Luis Potosí?

“¡Sí! Siento que mi vida futbolística puede durar mucho tiempo estando aquí en San Luis”.

Un mensaje para la posteridad:

“Que todas las niñas que vienen de atrás que sigan luchando por sus sueños, que así les digan que no pueden o que no deben, si ellas quieren, lo van a lograr, ¿no?”

 

 

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