El Atlético nomás no vuelve a ganar, pero, con el corazón en la mano, rescató un cardiaco empate a dos.
El primer tiempo fue verdaderamente infumable, es más: hubiera dado lo mismo que se hubiera jugado o no. Y es que a siete fechas del torneo parece que el San Luis de Méndez ya tiene un sello, poco vistoso (o feo), pero al fin y al cabo sello: alocada presión en cuanto el árbitro da por iniciado el juego que se va diluyendo al pasar de los minutos. Esto funcionó al principio de la temporada; hoy, al igual que los últimos tres partidos, fue estéril.
Bueno, para contextualizarlo a usted lector, la primera “jugada” de peligro en el partido llegó al 39. Segundos antes, el silbante cobró una inocente y clarísima mano dentro del área. A patear fue Berterame, que, eso sí, como dictan los cánones: fuerte, raso y colocado envió la pelota al fondo de las redes para abrir el marcador y adelantar a los potosinos.
El gusto le duró poco al Atlético, porque al 50, en el agregado del primer tiempo, el Mazatlán empató, una vez más, desde los once pasos, tras una flagrante ‘tackle’ del Manny García sobre Colula. De ahí en más el encuentro, como lanchita en las aguas del Pacífico, se mecía de un lado a otro sin encontrar rumbo.
Sin embargo, al 88 se concretó la voltereta. Oliveira se inventó una de otro partido y con el balón muerto en el área, sacó un raso riflazo pegado al palo, que dejaba en la lona al San Luis.
La dramática igualada llegaría en el último segundo. Vombergar se tiraría con todo, de palomita, cerrando la pinza y chocando con el poste para empujar una peinada, tras un córner.
En fin, los de Marcelo Méndez, exhibiendo prácticamente nada de generación y claridad al frente, pero entrega absoluta llegan a 9 puntos y se colocan provisionalmente en la novena posición.
