Elena Mukhina fue una gimnasta que se enfrentó a una de las presiones más grandes a las que se puede someter un atleta: la participación en los Juegos Olímpicos. Como lo insinuó Simone Biles en las olimpiadas de Tokio 2020, el estrés que se maneja a estos niveles puede poner en riesgo no solo el rendimiento físico, sino también la salud de los atletas. Lamentablemente Elena Mukhina vivió en una época en la que la salud mental era subestimada.
La gimnasia es un deporte que requiere de mucha concentración y confianza, esto quiere decir que se necesita de una mente sana, estable para poder ejecutar las acrobacias. De lo contrario se corre el riesgo de realizar saltos o giros desafortunados que pueden conducir a una tragedia.
Esta joven gimnasta creció con su abuela después de que su madre murió y su padre huyó. Desde muy pequeña Elena encontró en la gimnasia un refugio para paliar su dolor, además era muy talentosa por lo que sus entrenadores decidieron conjugar esta pasión y talento para encaminarla a una preparación profesional. Así, a los 12 años fue reclutada por el CSKA de Moscú, donde fue entrenada por Mikhail Klimenko, conocido por su exigencia y disciplina.
Gracias al sobresaliente desempeño de Nadia Comaneci en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, la expectativa de los gimnastas rusos era muy alta, por lo cual el entrenamiento de Elena aumentó su grado de dificultad en todos los niveles. Por poner un ejemplo, a la joven se le estaba preparando para el Salto de Thomas, que actualmente está prohibido por ser muy peligroso.
En 1977, para el Campeonato de Europa, Elena superó a Comaneci, y ganó la medalla de oro en viga y barras asimétricas, una de plata en All around y bronce en salto. Las expectativas de su desempeño en los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, crecieron aún más.
Durante un entrenamiento previo a los Juegos Olímpicos, Elena se rompió una pierna, por lo tanto tuvo que tener la pierna dos meses enyesada y para acelerar su recuperación recibió una intervención quirúrgica. Tan pronto estuvo dada de alta regresó al gimnasio para continuar con su excesivo entrenamiento.
¿Qué le pasó a Mukhina?
En una de las pruebas olímpicas, el 3 de julio de 1980, la pierna convaleciente de Elena falló, esto causó una impactante caída de mentón que ocasionó la fractura de las vértebras cervicales, como consecuencia Elena quedó cuadrapléjica de por vida a los 20 años. Así lo recordó Elena tiempo después en una entrevista:
"Mi lesión podría haberse anticipado. Todos sabían que no estaba preparada para ese salto y guardaron silencio. Nadie se detuvo a decir que parara. Yo había dicho más de una vez que me iba a romper el cuello haciendo ese elemento. Me había hecho mucho daño varias veces, pero él (Mikhail Klimenko) simplemente me respondía: 'Las gimnastas como tú no se rompen el cuello'».
Lamentablemente, Elena murió a los 46 años en 2006 como consecuencia de esta grave lesión.