Ni antes, ni después de la Final, los aficionados de la Selección de Inglaterra estuvieron a la altura de su equipo.
Previo al encuentro, cientos de seguidores del cuadro de los Tres Leones quisieron entrar a la fuerza a Wembley, que limitó el aforo poco más del 75 por ciento de su capacidad, y tras la caída de su combinado nacional, un grupo amedrentó, en los pasillos de Wembley, a los tifosi y varios más atacaron en redes sociales a sus futbolistas.
Uno de los blancos principales fue el joven de 19 años Bukayo Saka, de raíces nigerianas, quien en su perfil de Instagram recibió comentarios racistas con el uso de emojis de simios, luego de fallar el penal con el que Italia se proclamó campeón de la Euro.
Los hechos fueron reprobados por la Federación Inglesa de Futbol y la propia Selección que compartieron una carta en la que lamentaron los actos y pidieron al Gobierno generar leyes que castiguen este tipo de ofensas cibernéticas.
"La FA condena toda forma de discriminación y está consternada por el racismo vía online que ha sido apuntado a varios de nuestros futbolistas en redes sociales.
"No podemos ser más claros, cualquiera detrás de ese tipo de comportamiento asqueroso no será bienvenido para seguir al equipo. Seguiremos haciendo todo lo que sea necesario para frenar la discriminación fuera de la cancha e imploramos al Gobierno a actuar lo más rápido posible para generar legislaciones que generen consecuencias en la vida real", expuso la FA.
