En medio de abucheos, el Tri salió del Estadio de los Cowboys tras empatar sin goles ante Trinidad en su debut en Copa Oro. Un partido para el olvido, donde lo más destaco fue el brutal choque de Hirving Lozano con el arquero trinitario, que le dejó un duro golpe en el rostro y cervicales, abandonando la cancha en camilla y corralín.
Sobre la cancha, unos Soca Warriors encerrados atras, complicando a México que una vez más fue vencido por su propia presión de ganar. Funes Mori no fue efectvo como hace una semana, Herrera no tuvo chispa y el Tri murió de nada en Arlington donde una vez más apareció ese famoso grito que tantos dolores de cabeza ha dado a la Selección.