Por algo son los ‘12 Guerreros’. En sobrecogedor ejercicio de resiliencia, disciplina táctica y pasión por el juego, la Selección Mexicana de Basquetbol derrotó a Rusia 72-64 en la segunda fecha del Preolímpico FIBA de Croacia y mantiene viva la flama de Tokio 2020. 'Los 12 Guerreros' ya están en el cuadrangular final, porque Alemania y Rusia no superarán, ambos, el diferencial de puntos (+2). Paco Cruz, un faro incombustible (21+5+6); Gustavo Ayón, quien encarna en su persona el mote del equipo (11+7+6) y Paul Stoll, un francotirador (11 puntos, dos triples en clutch). Todos, figuras de la resurrección, ídolos de la ‘generación dorada’ y portadores de su último sueño, su clavo que aún arde.
Un parcial de 8-2 a favor de los ‘12 Guerreros’ sentó el tono del primer cuarto. México fluyó en el pick & roll, el tiro a media distancia de Gabriel Girón, y la tabla ajena; pero se descompensó en las transiciones de Baburin y los remaches de Antonov. Quintero no corrigió el detalle y Ukhov cambió el signo del partido con un triple desde la izquierda (18-21). Ello, y una prematura desconexión de Paul Stoll (dos faltas al final del primer cuarto) no fueron un buen augurio.
Los ‘12 Guerreros’ iniciaron la persecución. Gustavo Ayón apretó las tuercas en la pintura y Paco Cruz circuló por el perímetro, aunque sin puntería. Ayón intensificó su guerra particular contra Mosgov, en la que se intercambiaron metralla sin pudor, con daños para ambos. Entretanto, Girón y Stoll persiguieron a Astakpovich y Vorontsevich para detener el juego externo ruso; los resultados fueron notorios: el porcentaje de triple de ‘Las Águilas bicéfalas’ bajó hasta el 17%. El nuevo esquema limpió el perímetro para Cruz, quien desatascó las redes con un triple de autor. El alma le volvió a México. 31-36, al descanso.
Jaimes y Girón se metieron en tierra de gigantes para petardear la zona pintada, los terruños del gigante Mosgov; dos enviados a una misión suicida. El plan rindió frutos, al menos por un momento. La defensa rusa fuera de sitio, sin marcas asignadas, y Stoll trazó un mágico pase a ciegas para que Cruz lo recogiera bajo el tablero. 41-41. Acto seguido, el sonorense devolvió a México la ventaja con una flotadora en penetración y la estiró con un triple de combustión. El tercer parcial fue 19-7. Esperanza.
Triple old school de Orlando Méndez, un flashback a los buenos y viejos tiempos, y diferencia máxima (53-43). El éxtasis estalló cuando Ayón recogió un pick & roll, junto a dos defensores y descargó para Ramos, quien enterró la pelota con furia, con ilusión. Paul Stoll clavó una daga y, un minutos después, combinación del tándem Paco-Gustavo dejó una clavada del ‘Titán’ a pase en transición. No hay defensa contra Cruz cuando coge velocidad crucero. Una nueva flecha de Stoll, desde la buchaca lateral, selló la velada en Split. La flama olímpica sigue encendida, y también la carrera de Gustavo Ayón en la Selección. El cruce dirimirá si el camino a Tokio está lleno de espinas y cocodrilos, o de minas terrestres y tigres (Brasil o Croacia). México ya ha cumplido su parte.