Una vida unida al deporte, a los clubes y la pasión es la que ha tenido la Sra Lidy Villalba de Heinze, una de las más destacadas que ha tenido el Deportivo Potosino, forjando un legado que con el tiempo traspasó muchas fronteras.

“Mi papá fue muy deportista desde que vivió en España, fue campeón de Natación en Mar Abierto, de Rugby, de Basketball y al venirse a México fue frontenista, futbolista y Presidente del Club Deportivo Potosino. Soy la mayor de once hermanos, nos criamos en el Deportivo y, por su puesto, comenzamos con las clases de natación con todos los estilos, inicié de tenista a los once años, gané un infantil y uno mis mayores triunfos fue que a los 13 le gané a la campeona del club”.

Tras su paso por el Tenis, Lidy comenzó a ganar torneos alrededor de México y su carrera se ganó un lugar en el mundo del Golf.  

"Con el paso del tiempo mis amigas se van, no había con quien jugar y mis suegros jugaban Golf en el Campestre, mi suegro fue fundador. En un principio jugaba los dos deportes, tenis y golf, de entrada voy al nacional en México y lo ganó. Fue extraordinario ver esa gran organización, gran participación y el campo tan hermoso. Al año siguiente me salto de categoría y juego la 'C' en el Club de Golf Lomas de Chapultepec y la gano. Me saltó a la 'B' al siguiente años y ganó en la 'A' en Bella Vista".

Uno de los grandes del deporte de los Estados Unidos con un aprendizaje que fue clave para ganar confianza y triunfar en los grandes planos.  

“Uno de mis maestros fue Lester Lane, quien era director de Basket, pero tuve la suerte que era golfista. Dio clases y fue muy importante cómo me enseñó. El profesionalismo y su técnica fue muy buena, tenía yo las facultades del tenis y de ahí gané en Gomez Palacio el Primer Lugar Gross, muchos anuales de invitación del Campestre, torneo anual de invitación en Chapultepec, una medalla de oro hermosa. Pero el más importante de todos fue el XXVI Nacional Interclubes de Golf en Monterrey”.

El tiempo el deporte de los Reyes de Escocia, le hizo tener disciplina, calidad y una alegría incomparable que ha pasado de generación en generación.

“A mí me ha forjado, porque es una disciplina, una motivación, es practicar, jugar y estar. Otra cosa importante es que da condición para los problemas en la vida, duele tanto no ganar, no hacer lo que quieres y estás fuerte si tienes un golpe para enfrentar las adversidades. Es una alegría grande cuando ganas, algo incomparable. Muchas veces ni siquiera un gran negocio te da esa alegría que da el deporte”.