Fue el 25 de enero del 2020 cuando Eugenio Pizzuto hizo su presentación en el máximo circuito ante La Fiera en la cancha de León, tras su gran Mundial Sub 17 de Brasil donde obtuvo el Balón de Bronce y puso en él los ojos del Futbol Mundial. Sin embargo, aquella noche la fortuna no le sonrió al potosino.
Cerca del final del partido, el volante de contención se estiró para alcanzar el esférico casi a la altura del círculo central. Para su desgracia, en la jugada se atoró el tobillo e hizo una palanca, que terminó por doblarlo de manera escalofriante. Todo su peso, sobre esa parte del cuerpo, provocó un daño grave.
Pachuca estimó la recuperación en 6 meses, que gracias a la cuarentena se pudo reducir y este tiempo, e igualmente, debido a la suspensión de Tokio 2020, su lugar olímpico es una realidad a día de hoy. Pero, desde aquel día no ha vuelto a pisar el terreno de juego en un partido del máximo circuito, ni en México, ni actualmente en Francia.
Su traspaso a Lille en el verano pasado fue muy sonado, siendo registrado para el primer equipo con el dorsal 15 y recibiendo varias convocatorias tras superar su lesión, pero la gran temporada de Lille que pelea palmo a palmo con PSG por el liderato ha hecho que el equipo apueste por gente consagrada en sus alienaciones.
Pizzuto ha visto minutos con la reserva del equipo del norte de La Galia, pero estos le impiden mostrarse ante los ojos del mundo y el futbol mexicano que esperan mucho de él. Quedan algunos días del mercado de pases de invierno, quizá una cesión a un club menor le venga bien, toda vez que su lesión no es fácil y necesita minutos para recuperar el ritmo rumbo a los tambaleantes Juegos Olímpicos o quizá aprovechar la Europa League y la Copa de Francia en febrero, para poder debutar por fin en el Viejo Continente.
