La inesperada lesión del guardameta Alfredo Talavera previo a la Liguilla se presentó como la oportunidad para que Julio González, pudiera demostrar de nueva cuenta su potencial y dejar en claro que aún con la ausencia del primer portero el arco felino estaría a salvo.
Las actuaciones de González en la Fiesta Grande no han dejado ninguna duda de que los universitarios cuentan con buenos referentes en su portería y no es para menos. En esta eliminatoria, el cancerbero auriazul es el único que ha conseguido dejar su portería limpia en los dos juegos de Cuartos de Final.
Durante los encuentros ante Pachuca, el originario de Acapulco no recibió una sola anotación, incluso durante el juego de ida en el Estadio Hidalgo, consiguió ejercer presión cuando tuvo al frente a Víctor Guzmán, el cobrador de un penalti a favor de los Tuzos, tiro que fue errado y evitó el empate para los hidalguenses.
Además, el arquero del Pedregal demuestra que también es habilidoso con los pies y el juego aéreo, características que son fundamentales en determinados momentos, tal y como lo fueron los primeros minutos contra los dirigidos por Paulo Pezzolano, cuando apenas llegados los tres minutos, González hizo un achique que frenó la jugada de Víctor Dávila.
La seguridad a la hora de realizar atajadas es otra de las cualidades de Julio. Hasta el momento ha realizado un total de cinco intervenciones oportunas que lo han convertido en factor para los favorables resultados que obtienen los universitarios.
Al poner a prueba sus reflejos felinos, González demuestra que aún con la baja de Talavera, él puede cumplir con la responsabilidad que significa custodiar el meta de Pumas.
