Lo que mal empieza, mal acaba y lo mostrado en el Alfonso Lastras el 29 de octubre de del 2020 debe sentar un precedente para bien o para mal. La hecatombe potosina ante Mazatlán fue tan rápida como dolorosa, en el último partido del año se sepultó la esperanza por clasificar, por cerrar dignamente el torneo y por esclarecer el horizonte. Fue simplemente el reflejo de un desastre que dejó la pandemia, la inestabilidad en el plantel, la falta de recursos económicos y un equipo sin alma ni respeto alguno a los colores que visten y afición que representan.
Justo antes del partido, se reportó un robo a las pertenencias de algunos jugadores mazatlecos en el hotel de concentración, pero eso no afectó a los morados que salieron a 'robarse' el espectáculo en el Lastras. Al 5, Mendoza aprovechó un rebote tras un córner y desde la frontal del área puso el 1-0; al 11, Sanvezzo inició su 'show' con un remate de cabeza que venció a Werner para el 2-0. La fiesta siguió con su doblete al repetir la dosis al minuto 18 con otro gran testarazo.
Mazatlán parecía la 'Fiore' de los 90 y Sanvezzo como el mismísimo Batistuta que lideraba la Serie A en aquellos ayes junto a otros grandes jugadores como Rui Costa. La 'Marea Morada' no se cansó y al 27, Aristeguieta se quitó a Werner y con mucha tranquilidad marcaba el 4-0. Abultado marcador, pero el hambre de gol no se quedó ahí y al 42, Sanvezzo marcó su 'Hat Trick' con un remate en el área pequeña.
Un 5-0 en 45 minutos, pocas veces una imagen tan penosa se había visto en la cancha del Lastras. Una defensa perdida, un mediocampo roto y un ataque inexistente. Llamado a desequilibrar, Pablo Barrera se mostró lejos de su cumplido, dejando claro que aquella actuación ante los Gallos fue un espejismo. Poco y nada de una ofensiva que si bien tuvo sus momentos, fue cuando Mazatlán se dio el lujo de relajarse ante el abultado marcador.
Podría ser una falta de respeto, toda vez que los lineamientos no escritos del futbol indican que la mejor forma de mostrar consideración al rival es no bajando el nivel. E increíblemente, estuvo más cerca el 6-0 que el descuento. No hay mucho que agregar, solo queda aceptar la realidad y dejar de autoengañarse como Vázquez lo hizo la noche del domingo al asegurar que pelearían por la repesca.
Si hay dignidad, algunos cuantos deberían presentar su renuncia tras este partido, desde la dirección técnica, jugadores y hasta directivos. La fecha del 29 de octubre quedará marcada en la memoria de los aficionados como la noche de una de las más grandes humillaciones a un equipo potosino, agradezcan que no hay gente en el estadio porque la abucheada habría sido tremenda. Dios bendiga a los que le hicieron daño a este equipo.
