Los Wolves alcanzaron su pase a los cuartos de final con las garras, por no decir que con las uñas. En el Estadio Molineaux se toparon ante un Olympiacos atrevido y valiente que los puso a temblar de no haber sido por el tanto de Raúl Jiménez que llegó muy temprano en el encuentro.
Apenas a los 7 minutos, los Wolves se encontraron con un error garrafal del arquero Allain, quien cometió un penal infantil sobre Daniel Podence. El portugués aprovechó el mal control del guardameta y cuando estaba a punto de robarlo, recibió un empujón por la espalda, dándole 'paso a Raúl Jiménez para que cobrara desde los 11 pasos. Fiel a su estilo, el mexicano engañó al portero francés para poner el 1-0.
Después de ganar la ventaja, el cuadro dirigido por Nuno Espírito Santo desapareció. Y desapareció en serio porque el Olympiacos se adueñó por completo del encuentro hasta que al 27' se encontró con el gol del empate gracias a Mady Camara, pero el VAR se hizo presente y anuló el tanto del senegalés por un polémico fuera de lugar de Youssef El-Arabi, quien había dado la asistencia. El marroquí había ganado la espalda de la saga inglesa en una diagonal antes de dar el pase de gol, pero el videoarbitraje consideró que estaba adelantado por su hombro.
La primera parte terminó con unos minutos turbulentos con una llegada de Raúl Jiménez que se atrevió a disparar de rabona, pero su disparo se fue por encima.
Para la segunda mitad, los Wolves resistieron un verdadero vendaval griego. Las mejores llegadas del complemento fueron del Olympiacos, pero la falta de puntería y un Rui Patricio decisivo bajo los tres palos les negaron el gol del empate que hubiera significado el alargue.
Los Wolves y Raúl Jiménez sobrevivieron los octavos de final avanzando por 2-1 en el global, pero ahora tendrán que enfrentarse ante el Sevilla, el equipo más ganador de la Europa League y que pinta como uno de los máximos favoritos para levantar el título. Además, a partir de la siguiente fase del torneo las eliminatorias se disputarán en Alemania y serán a un solo partido, por lo que de aquí en adelante hay menos margen de error para todos los equipos.
