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Óscar Salazar: Los Olímpicos de Tokio 2021 serán muy especiales

Carlos Armando López | 31 Marzo 2020 | 16:02

Hasta el otro lado del mundo, Óscar Salazar, medallista de plata mexicano en Atenas 2004 sigue demostrando que el Taekwondo corre por sus venas y ahora, a cargo de un seleccionado emergente, pone toda su experiencia para seguir viviendo el sueño de ser uno de los más grandes atletas que ha dado México en su disciplina. Una basta experiencia, una vida ligada al deporte y las ganas de sobresalir le han guiado este camino que inició hace más de 20 años.   

“Es un cambio total, yo fui contratado por la Federación Egipcia de TKD con la mira de clasificarlos a los Juegos Olímpicos, lo cual nosotros afortunadamente ya clasificamos a diferencia de Europa y Asia que todavía tienen que hacer sus clasificatorios, entonces nosotros ya estamos seguros y también las plazas que tenemos. El segundo objetivo era llevarlos a Tokio 2020, trabajamos duro y clasificamos a 4 de los chicos, el máximo número posible, aquí en África. Pero, el hecho de que se haya movido afecta mucho, no solo a mí, si no también a los competidores porque a diferencia de México este país no da una beca mensual, no da un apoyo por ser parte de la selección nacional y estar entrenando. Gente que ya tiene experiencia consigue patrocinios, pero no es una beca mensual que les ayude con su vida diaria porque ellos no se dedican única y exclusivamente al deporte”-

El coronavirus también ha logrado penetrar en Egipto, lugar de residencia de Óscar, sin embargo, el medallista ve en las costumbres del país una ventaja para prevenir los contagios.

“En este país ha ayudado mucho a que no se transmita el virus ya que las costumbres las tienen muy marcadas, muy definidas. Por ejemplo, las mujeres en su gran mayoría salen tapadas todo el tiempo y esto ayuda muchísimo. No se están saludando de mano, no se están saludando de beso y estas costumbres ayudan en cierta medida para que se contenga en cierta medida el contagio del coronavirus”.

No obstante, el cambio de fecha ante la epidemia de COVID 19 que ha detenido al mundo ha cambiado los planes y han hecho a Óscar replantear algunas cosas producto de la distancia y la soledad en el país de los faraones, pero un nuevo sueño olímpico está en el horizonte y no será fácil abandonar el nuevo objetivo.

“En mi caso, yo fui contratado para esta misión, ahora se pospone a un año más y, definitivamente, vivir en un país como este, solo, porque mi familia se quedó en México es muy complicado. Estamos ahorita en términos de negociación, por supuesto que yo quiero ir a los Juegos Olímpicos como entrenador, pero sí son situaciones mucho más grandes que necesito valorar, como el hecho de que mi familia esté lejos”.

Ejemplos como el trabajo del potosino Erick Rodríguez con el equipo trinitario de Taekwondo, así como el de Óscar en esta potencia emergente de la disciplina pone el trabajo de los mexicanos como un parámetro de otras Federaciones en su búsqueda de trascendencia.

“El Taekwondo ha crecido muchísimo gracias a su historia, no es solamente de María para acá, empezó desde que es Olímpico con Víctor Estrada, pero podemos ir aún más atrás porque desde el 200 México siempre ha ganado medallas y eso ha hecho que el TKD sea uno de los deportes más populares y no solo gracias a los resultados en JJOO, sino también a resultados en campeonatos mundiales donde México fue el primer país en ganarle una Copa del Mundo a Corea. Esto puso a México en la mira del mundo y Egipto no es la excepción, también ha tenido una gran tradición, de hecho desde que yo era atleta los encontraba mucho en los campamentos en Corea, compartíamos mucho, convivíamos mucho con la Selección de aquel entonces. Egipto y México han estado muy relacionados, ellos comparan mucho el cómo es su gente con el carácter de los mexicanos, de ahí que se hayan fijado un poco en nosotros”.

Junto a su hermana Iridia, Oscar Salazar ha escrito su nombre en letras de oro en la historia del deporte mexicano. Una familia y una vida ligada totalmente al Taekwondo.

“El Taekwondo me dio todo, mis padres se conocieron practicando este deporte, como familia iniciamos en el Taekwondo, ahí conocí a mi esposa, mis hijos ahora lo practican, mi hermana también conoció a su esposo a través del Taekwondo.  El hecho de que no solamente yo, si no también mi familia hayamos alcanzado el logro de ser medallista olímpico es una satisfacción enorme. Los tres, mi papá, mi hermana Iridia y yo somos Premio Nacional del Deporte y así los tres valoramos el deporte e intentamos regresar a la sociedad lo que el Taekwondo nos ha dado a nosotro”.

Pese a este contratiempo del COVID 19, el medallista de plata en 2004 considera que el COI tomó la mejor decisión al anteponer la salud y el espectáculo por encima de las cuestiones económicas para tener unos Juegos muy especiales.  

“En este caso, es la decisión más conveniente por la calidad de Juegos que se quieren, obviamente no es dejar fuera a un país, es sumar países y que por situaciones como este virus no se sumen equipos o atletas no se estén en su máximo potencial o que se reduzca en un porcentaje muy alto el número de competidores no serían unos Juegos Olímpicos como se esperan. Yo creo que van a ser unos Juegos especiales y tenemos la fortuna de estar viviendo, sea para bien o para mal, este hecho histórico y así hay que aprovecharlo, hay que aprender y valorar lo que hacemos aún más”.

Finalmente, el horizonte para el deporte mexicano no luce prometedor desde su punto de vista, ya que las Federaciones no han apostado por un plan a futuro, enfocándose únicamente en el día de mañana sin pensar el porvenir de sus atletas y disciplinas.

“Específicamente en mi deporte yo he visto, por ejemplo, aquí en la Selección de Egipto desde hace un año, inclusive un poco más, a la gente que estuvo en los Olímpicos de la Juventud ya forma parte de la selección, ya se está entrenando para los siguientes Juegos en París. En México, desafortunadamente, no hacemos esto y lo veo muy triste porque serán los últimos Juegos de María Espinoza, pase lo que pase, pero detrás de ella no hay nadie. Apenas empezaron a trabajar con una muchachita que fue conmigo a Argentina, Leslie Soltero, pero ella tendría que estar participando a nivel importante con adultos para llegar a tener el ranking necesario y la experiencia y fogueo para buscar una clasificación para los Juegos Olímpicos de París. Ahorita lo que les importa a ellos es el año con año, y eso es algo que tristemente se va a ver reflejado en el periodo olímpico, ya sea en este o en el siguiente”.    

 

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