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Una espectacular fiesta para la pequeña hija de 'Canelo'

Quien | 22 Enero 2020 | 20:20
Saúl Canelo Álvarez festejó que su hija María Fernanda cumplió dos años, con una hermosa fiesta en la que la niña se convirtió en una bailarina de ballet, ya que la celebración tenía la temática de El lago de los cisnes. El 18 de enero, el boxeador y su novia, la modelo tapatía Fernanda Gómez, llevaron a cabo la fiesta para la que cuidaron todos los detalles.
 
Mafer, como le dicen de cariño sus papás y sus amigos, lo pasó genial en este día en el que fue la protagonista y brilló con su atuendo: un tutú adornado con encaje, perlas y tul, que en su torso mostraba una combinación bicolor entre azul y rosa, además de una coqueta diadema de plumas y arracadas; todo fue confeccionado por la firma mexicana de ropa infantil Sofias Closet.
 
Para capturar el momento en el jardín con alberca —que fue acondicionada para parecer un lago— donde se llevó a cabo la reunión, se acondicionó un set fotográfico en el que un pequeño trono con respaldo dorado y cojín rosado estaba al centro de un espacio adornado con zapatillas de ballet, grecas de flores y un gran moño, para que la niña se sintiera como en un cuento de hadas.
 
En un video que Gómez publicó en Instagram se puede ver a María Fernanda disfrutando del espacio e incluso hizo gala de que conoce muy bien la técnica del ballet, cuando su mamá le pidió: "¡Haz como bailarina!", Mafer realizó una linda pirouette, que le valió el aplauso y los gestos de ternura de los presentes.
 
Como toda una princesa, María Fernanda se cambió en tres ocasiones para estar muy feliz en su cumpleaños, como lo reveló Nelssie Carrillo: el primero fue su tutú, siguió con un vestido rosado con mucho estilo y, ya entrada la tarde, se relajó con un pants negro de la casa francesa Givenchy
 
Para no quedarse atrás y también simular que estaba en un universo mágico, Fernanda Gómez también utilizó un minivestido de encaje en transparencia y vaporoso en el ruedo de la falda, a ese atinado look se sumó la bien lograda decoración, en la que una de las sorpresas es que había cisnes reales.
 
La invitación era una caja de música, con una bailarina, un cisne, notas de la obra maestra de Piotr Ilich Chaikovski, todo en rosa. Ya en el lugar, los invitados departieron en una mesa que tenía una vajilla color blanco, copas de cristal y cisnes, las sillas eran de color morado con almohadones y había una candy table que era servida por dos bailarinas con tutús con rosas blancas.
 
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