Víctor Guzmán vive el momento más complicado de su carrera. Con apenas 24 años dio positivo en la prueba antidoping que se le realizó en agosto pasado en el duelo entre Pachuca y Querétaro. El resultado en su contra salió más de cinco meses después y hoy, el Pocho vive en la incertidumbre total por no saber su futuro.
A pesar de quedar desligado del Rebaño Sagrado, para Ricardo Peláez, director deportivo rojiblanco, el mejor aliado para el Pocho en esta difícil situación es el silencio, por respeto al jugador y todo el entorno que lo rodea. La privacidad en estos casos es vital.
«La mejor forma de ayudar a Víctor es guardando silencio, no lo digo yo, lo dicen todos», expresó el directivo en la Bella Airosa.
El volante mexicano está a la espera de una cita para la apertura de la prueba «B» en el laboratorio de La Habana, Cuba. Peláez afirmó que continúa en constante comunicación con el jugador y está en la completa disposición de ayudarlo en todo lo que pueda. «Sí, le sigo mandando mensajes personales, es todo», expresó de forma escueta.
Durante la semana, el técnico Luis Fernando Tena afirmó que Guzmán tendrá las puertas abiertas en la Perla Tapatía en caso de que la situación salga benéfica.
