La Dinastía de los Dinamita está lista para escribir un nuevo capítulo en su vasta historia a partir de este martes, cuando Sansón y Cuatrero, hijos de Cien Caras, gocen de su ansiado debut en la “Catedral de la Lucha Libre”, la Arena México.
En busca de consagrar el sueño que inició en su natal Lagos de Moreno, los herederos del “Capo de Capos” participarán en la función “martes de nuevos valores” y, en compañía del japonés Okumura, se medirán a la tercia integrada por Hombre Bala Jr., Oro Jr. y Stigma.
Conscientes del gran legado que los respalda, los jóvenes hermanos, de 21 y 19 años de edad respectivamente, aseguraron que están listos para sobrellevar las comparaciones lógicas con sus familiares y para demostrar sobre el ring una pasión que nació desde muy pequeños.
“Venimos de una dinastía de luchadores, siempre tuvimos la ‘espinita’. Luego nos empezamos a adentrar más cuando nuestro tío, Universo 2000, fue a Lagos de Moreno y puso su gimnasio. Primero fue un hobby, pero ya la primera vez que peleé profesionalmente, en lo personal dije: de aquí soy”, confesó Sansón.
En entrevista con Notimex, los vástagos de Carmelo Reyes compartieron que al principio su padre no estaba muy convencido de que siguieran sus pasos, pero posteriormente se involucró de lleno en su formación y les externó su apoyo incondicional.
Si bien por diversas “cuestiones ajenas”, ninguno de los dos pudo denominarse “Cien Caras Jr.”, ambos se decantaron por nombres con los cuales, de alguna u otra manera, siempre tendrán presente a su héroe.
“Muchos dicen que tengo similitud a él, tanto en cuestión de luchar como en el físico. Con este nombre me bautizó mi tío Andrés y es como un pequeño homenaje a mi padre”, sostuvo Sansón, nombre usado también por Reyes cuando debutó profesionalmente en 1974.
Por su parte, Cuatrero empezó su andar como “Máscara Universal”, sin embargo el “Capo” consideró que los motes de “máscara” eran demasiado populares y él mismo le propuso el nombre con el cual se le conoce actualmente.
Reconocieron que el simple hecho de ser hijos de una leyenda no es suficiente para tener la oportunidad de presentarse en el “Coloso de la colonia Doctores”, pues es necesario estar preparándose día a día y así han pasado cinco años, durante los cuales también han tocado puertas en escenarios como León y Aguascalientes.
Asimismo, coincidieron en que, aunque desean imprimir un sello particular a sus carreras, pretenden “copiar” ciertos detalles de Cien Caras, a quien “nunca se le subió la fama, siempre era muy disciplinado y muy responsable”.
Por último, Cuatrero anticipó que todos aquellos fanáticos de la dinastía jalisciense podrán “revivir” a sus ídolos mediante ellos, pues hay “una similitud en la presencia y en lo físico, de mi carnal con mi padre y de mí con mi tío Andrés o incluso con mi tío Jesús”.
Mientras Sansón invitó a que “esperen lo mejor de nosotros, lo máximo. Que los seguidores de los Dinamita esperen ese sello, esa rudeza, esa magia con el público, ya que a nosotros nos entrenó Universo 2000, además de tener los consejos de mi padre y de mi tío Chucho”.
