El nombre de Michael David Chapman entró a la historia el 8 de diciembre de 1980. Ese día, en Nueva York, asesinó a John Lennon.
Preso desde entonces, en agosto pasado enfrentó una nueva audiencia para tratar obtener la libertad condicional.
“Hace 30 años no podía decir que me sintiera avergonzado y ahora sé lo que es la vergüenza”, le dijo a la junta que revisó su caso, recoge la revista Rolling Stone, citando a AP.
Chapman relató que en un momento dudó si seguir adelante con su plan de matar al ex Beatle, luego que este le firmara el disco Double Fantasy a la salida de su departamento en Nueva York.
“Recuerdo haber pensado: ‘Oye, ya tienes el álbum, mira esto, lo firmó, solo ve a casa’. Pero no había forma de que fuera a casa“, dijo.
Otro tema que tocó Chapman fue el tipo de munición con la que cargó el arma: Balas huecas. “Cargué esas balas para asegurarme de que estaría muerto. Fue inmediatamente después del crimen que me preocupé de que él no sufriera”, dijo.
“Cada año que pasa siento más y más remordimiento“, agregó.
Como otras diez veces antes, la junta negó la solicitud de libertad condicional del homicida.