Las últimas entregas de Star Wars, además de ser un éxito en taquilla, han generado opiniones contrapuestas dentro de los seguidores. Las películas “El despertar de la fuerza” (2015) y “Los últimos Jedi” (2017) han querido romper los cánones clásicos de la historia, entregando protagonismo a otro tipo de personajes, como Rey y Finn –una mujer y un hombre negro– en forma de inclusión.

Lamentablemente, un grupo minoritario de fanáticos ha demostrado una vil y despreciable forma de manifestar su descontento, en base a insultos, discriminaciones y hasta incluso amenazas de muerte a través de redes sociales.

Kayleigh Donaldson, guionista de la saga, se refirió al tema y dijo que “sería injusto y muy general decir que Star Wars tiene un problema de fanaticada. Lo que tiene es un problema con los fanáticos de los hombres blancos”. Además agregó que para esta clase de fanáticos, la mera inclusión de mujeres y actores de raza negra, los hace sentir amenazados, como si estuvieran tomando el control de “su amada franquicia”.
 

Mientras los clásicos personajes de “hombres blancos” interpretados por Mark Hamill (Luke Skywalker), Adam Driver (Kylo Ren) y Domhnall Gleeson (General Hux) no han sido blanco de criticas y ataques por parte de los fans, otra situación es la que han vivido los actores Daisy Ridley (Rey), John Boyega (Finn) y Kelly Marie Tran (Rose Tico).

Ridley y Tran han tenido que cerrar sus cuentas de Instagram por los constantes insultos sexistas y racistas de los “trolls”. Tran, actriz de ascendencia vietnamita ha sido fuertemente discriminada por su origen. Su página en el sitio de referencias Wookieepedia fue atacada por estos haters cambiando el nombre de la actriz por “Ching Chong Wing Tong” y fue descrita como “estúpida, autista y retardada”. Ridley, por su parte, tuvo que buscar terapia para manejar el estrés.

Finalmente, a Boyega lo vienen acusando de “sacrilegio”, desde que salió la noticia de que interpretaría a un stormtrooper negro.

Es tanto el “odio” hacia los “Los últimos Jedi” que se creó una petición que exige la eliminación de la película, que ya superó las 100.000 firmas, mientras que otra pide una disculpa por parte de el escritor del film, Rian Johnson, superó las 10.000. Cabe mencionar que Johnson ha recibido múltiples amenazas de muerte.