Nada es 100% perfecto en los éxitos de taquilla. Esta semana se dio a conocer el cuestionamiento legal al que se encuentra sometida Stranger Things, la aplaudida serie de los hermanos Matt y Ross Duffer, que se ha convertido en unas de las series angulares de Netflix.
Los creadores están siendo demandados por Charlie Kessler por usurpación de concepto, ya que este último asegura haberles entregado la misma historia de ciencia ficción durante una fiesta del año 2014, en el marco del Tribeca Film Festival.
La prueba de una narración muy similar a la de Stranger Things existe, y se trata de un cortometraje del año 2012, llamado ”The Montauk Project”.
El paralelo entre ambas historias está en que las dos hablan sobre la misteriosa desaparición de un niño; la conspiración de una base militar que conduce experimentos con menores; y el perfil de un policía con un pasado embrujado.
La idea de Kessler se basó en una conspiración que se cree ocurrió en la vida real, en la década de los 70, conocida como Proyecto Montauk.
Ese complot habla sobre un supuesto proyecto secreto del gobierno de Estados Unidos, llevado a cabo en la Estación de la Fuerza Aérea de Montauk, en Long Island. En esa base, científicos habrían buscado desarrollar técnicas de guerra psicológica y hasta viajes en el tiempo.
El argumento de los hermanos Duffer es que Stranger Things se inspiró en la misma serie de eventos ”reales”, por lo que a cualquier persona se le podría haber ocurrido una historia similar.