Sábado 23 de Noviembre de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Con esta receta podrás preparar un pastel japonés y esponjoso de fresas

GastroLabWeb | 24/04/2024 | 13:21

Elegir un postre fresco y digno de primavera, es complicado. Especialmente porque con el calor se nos funde el cerebro. Por esa razón es que queremos compartir contigo una receta para preparar un sabroso pastel japonés con fresas para pasar los malos o calurosos ratos de primavera. 
 
El pastel japonés es un postre dulce, esponjoso y rico, que definitivamente debes de aprender a hacer, porque te dejará un increíble sabor de boca, especialmente porque en esta ocasión no hay pretexto para que no lo obtengas, así que si estás con antojo de algo dulce y delicioso, esta es tu oportunidad. 
 
A diferencia de otros postres, debes saber que el pastel japonés se conocen como castella o kasutera. Sin embargo, la verdad es que se reconocen, porque tienen una textura extremadamente esponjosa y húmeda, resultado de la técnica de batido de los huevos y la adición de ingredientes como la miel o el azúcar invertido, que ayudan a retener la humedad en el pastel.
 
¿Cómo es un pastel japonés?
 
Los pasteles japoneses tienden a tener un sabor más sutil y delicado en comparación con los pasteles occidentales. Generalmente no son demasiado dulces, lo que permite que los sabores naturales de los ingredientes, brillen. Las fresas son el toque frutal y dulce que pueden tener y es una verdadera joya. 
 
Ahora que lo sabes todo sobre este postre, pues puedes ponerte ¡manos a la obra!
 
Pastel japonés de fresas
 
Ingredientes:
 
3 huevos grandes
60 g de azúcar
25 g de harina de trigo
25 g de maicena
250 g de queso crema
125 ml de leche
1 cucharadita de extracto de vainilla
250 g de fresas frescas
50 g de azúcar
1 cucharada de jugo de limón
Marcas preferentes: Marcas de tu elección.
 
Preparación:
 
Precalienta el horno a 170°c (338°f). engrasa un molde para horno de 20 cm de diámetro y forra el fondo con papel para hornear.
 
En un recipiente, separa las yemas de las claras de los huevos. reserva las claras para más adelante.
 
En otro recipiente, bate las yemas de huevo con el azúcar hasta que estén claras y espumosas.
 
Tamiza la harina y la maicena sobre la mezcla de yemas y azúcar, y luego incorpora suavemente con una espátula hasta que no queden grumos.
 
En una olla pequeña, calienta la leche a fuego lento hasta que esté tibia.
Retira del fuego y agrega el queso crema.
 
Mezcla hasta que el queso crema se derrita y se integre con la leche.
 
Vierte la mezcla de leche y queso crema sobre la mezcla de yemas y azúcar, y luego incorpora suavemente hasta que se integren completamente.
 
Incorpora el extracto de vainilla a la mezcla final.
 
En un recipiente limpio y seco, bate las claras de huevo a punto de nieve hasta que formen picos firmes.
 
Agrega una pequeña cantidad de las claras de huevo batidas a la mezcla de queso crema y revuelve suavemente para incorporarlas.
 
Luego, agrega el resto de las claras de huevo en dos tandas, mezclando con movimientos envolventes para mantener la textura aireada.
 
Vierte la mezcla de cheesecake en el molde preparado y alisa la superficie con una espátula.
 
Hornea el cheesecake durante 40-45 minutos, o hasta que la superficie esté ligeramente dorada y el centro se mueva un poco al tocarlo.
 
No sobrehornees, ya que el cheesecake puede perder su textura ligera.
Retira el cheesecake del horno y déjalo enfriar completamente en el molde a temperatura ambiente, aproximadamente 2-3 horas.
 
Luego, refrigéralo durante al menos 4 horas, o mejor toda la noche.
 
Mientras el cheesecake se enfría, prepara la cobertura de fresa. en una licuadora, combina las fresas, el azúcar y el jugo de limón.
 
Licúa hasta obtener una mezcla suave.
 
Una vez que el cheesecake esté frío, cúbrelo con la cobertura de fresa.
 
Puedes decorar con fresas frescas adicionales o con hojas de menta.
 
Refrigera el cheesecake durante al menos 30 minutos antes de servirlo.
¡listo!