Sábado 4 de Mayo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.
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Homilía: El buen pastor mira con el corazón

Plano Informativo | 21/04/2024 | 04:52

Todos queremos contar con  alguien, que mire  nuestro corazón. 
Porque necesitamos a un ser, que mire lo que llevamos  dentro; y no se detenga en las   apariencias.
Decía Antoine de Saint-Exupery: “Solo se ve bien con el corazón”. (El principito)
El que te mira con amor, puede mirarte con claridad; porque, nos conoce hasta lo más profundo.
Pero,  el que no mira tu  corazón,  se queda con lo que aparece; o tan solo, con  lo que a él, le interesa saber.
Haciendo referencia al Obispo Sailer, decía el Papa Benedicto: “Sailer veía con profundidad porque tenía corazón”. ( Fe y futuro, pag. 100).
Y, dice el Papa: “Si es verdad que sólo se ve bien con el corazón, ¡qué ciegos estamos todos!”. (Fe y futuro, pag.103). 
El hombre se ha quedado ciego, por  falta de amor; ya que todo lo ve, bajo el prisma de la utilidad. Y así, será imposible  conocer al otro.
Dios, es el ser que nos  ama hasta morir; porque Él, sabe bien, por quién hay que dar la vida.
Ya lo dice el Evangelio: “Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mi…”. (Jn.10).
Cierto, el enemigo  sabe algo de ti; pero solo, lo que  a él le importa, para poder lastimarte.
En cambio, el Buen Pastor, mira al fondo de nuestro ser; no para condenarnos, más bien para sanar nuestras heridas.
Pidamos al Señor: que fortalezca nuestra fe; para volver a los brazos del Buen Pastor. Y recuperar el amor.
Ya lo dice el Salmo 117:”Mas vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza”.
Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez.
 
 
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Juan 10, 11-18
En aquel tiempo, dijo Jesús:
 
«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
 
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
 
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
 
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre».