Muy definidas las elecciones al Senado

Las campañas al Senado avanzan a un ritmo diferente y los contrastes están a la vista, tanto en la forma como en la propuesta y recepción de la gente; la coalición del PRI, PAN y PRD, integrada por Verónica Rodríguez y Jaime Chalita empezó tarde y sin mucho ánimo, les pesa el desgaste de sus partidos y la salida de muchos militantes, no se ve espíritu de grupo y hay conflictos internos que se evita exponer en público.

La candidata de Movimiento Ciudadano, Josefina Salazar, realiza recorridos domiciliarios y tiene una actividad inconstante en redes sociales, es la cabeza de fórmula ante la declinación del dirigente Marco Gama al anticiparse una derrota segura; este partido se ha nutrido de expanistas y alienta la incorporación de jóvenes de clase media, el mismo nicho del PAN y sus expectativas están proyectadas a mediano plazo, en elecciones futuras y la actual es parte de la preparación para alcanzar sus metas.

La candidata de Morena, Rita Ozalia Rodríguez, es quizá la menos conocida de las contendientes, es su primera participación como candidata, no es política y eso le puede ayudar, pero se le refiere más como la hermana de la secretaria de Seguridad federal, Rosa Icela Rodríguez, que por méritos propios; recurre a reuniones en espacios cerrados, principalmente en la Huasteca, de donde es originaria y se supone que hay un mayor arraigo de la 4T.

Su designación, el reparto faccioso de otras candidaturas y el dominio del partido y de la delegación del Bienestar por expriistas vinculados al carrerismo y que recién fueron exhibidos a través de un audio telefónico, han acentuado las pugnas internas y el consiguiente divisionismo de los grupos excluidos; Rita Ozalia no intenta conciliar, todo se deja en manos de la dirigencia nacional, a la que se responsabiliza de las imposiciones.

Morena apuesta más a la imagen avasallante de Claudia Sheinbaum y a los programas sociales del presidente AMLO que a la estructura electoral, que nunca ha tenido una real en el estado, solo promesas o simulaciones; confían siempre, como en los anteriores procesos, al voto en cascada que, en el caso de San Luis Potosí, no ha sido suficiente para lograr un crecimiento; es la tercera fuerza electoral, carece de liderazgos propios y no hace suyas las banderas del movimiento social.

Estas debilidades y vicios de origen de Morena, las advirtió con claridad Sheinbaum al revisar las estadísticas y el contexto político-social de San Luis Potosí, que sitúan a Morena como un actor secundario y por ello no dudó en reconocer la predominancia del PVEM y configurar la coalición, cediendo distritos y municipios importantes al partido del gobernador Ricardo Gallardo Cardona para asegurar resultados favorables y no llevarse decepciones o sorpresas que menoscaben su proyecto presidencial.

La que ha mostrado más planeación y fuerza de las campañas al Senado, es la candidata del PVEM, Ruth González Silva, con experiencia amplia desde el DIF soledense y estatal, tiene menos de cuarenta años, estudios de comunicación y se desenvuelve con firmeza en mítines y entrevistas periodísticas; está presente en las redes sociales, conoce todo el estado y lo está recorriendo por enésima ocasión; sobre su candidatura orbitan las demás candidaturas de su partido a diputados locales y federales y pronto las de los ayuntamientos; mantiene una agenda intensa de acercamiento con diversos sectores, con locatarios, comerciantes, colonos, mujeres, jóvenes, familias y empresarios; ella marca la pauta y las candidatas de los otros partidos la descalifican para tratar de ocultar los errores y escaso impacto ciudadano de sus campañas, no se esfuerzan en mejorar su desempeño y propuestas.

Ruth encabeza la ola verde con mucho arrastre y figura como previsible ganadora en distintas encuestas; y en próximos días realizará una gira de dos días con Sheinbaum por la Huasteca, la candidata presidencial viene a fortalecer la alianza con PVEM y asegurarse de que logrará la mayoría legislativa que requiere para impulsar el conjunto de reformas para hacer viable la próxima administración federal que, se da como un hecho, encabezará.