San Luis Potosí, SLP.- Una de las costumbres más arraigadas y que forman parte del ritual o la celebración de la Semana Mayor o Semana Santa en la iglesia católica es el Jueves Santo y la visita de los siete altares.
Cada persona puede elegir que iglesias o templos visitar, sin embargo, como cada año cientos de feligreses caminan en el centro histórico de San Luis en donde se concentran la mayor parte de las iglesias para visitar los siete altares, una tradición que se va inculcando de generación en generación y al paso del tiempo persiste.
Los altares representan un “Monumento”, es decir, se trata de un lugar especial bellamente adornado donde han sido depositadas las hostias consagradas en la Misa de la Cena del Señor.
En cada una de las iglesias que se visitan se hace una oración en señal de acompañamiento espiritual a Jesús en sus momentos difíciles antes de ser condenado a muerte, así como muestra de arrepentimiento y perdón.
Las iglesias representan las estaciones o lugares que Jesús visitó, las cuales son:
1.Del Cenáculo al Monte de los Olivos, donde lloró y sudó sangre; 2. Del Huerto de los Olivos a la casa de Anás, donde Judas lo entrega a las autoridades; 3. De la casa de Anás a la de Caifás, donde es acusado con falsos testimonios y Pedro lo niega; 4.De la casa de Caifás al Pretorio de Pilato, donde el pueblo Judío pide que sea condenado; 5. De la casa de Pilato ante el rey Herodes, donde le colocan la túnica blanca; 6. Del encuentro con Herodes de regreso a Pilato, cuándo éste se lava las manos; y 7.De la casa de Pilato al Calvario, que corresponde al sepulcro.
Durante las visitas en las iglesias, las imágenes religiosas son cubiertas con mantas moradas en señal de luto.
En el Jueves Santo también se celebra que Jesús instituyó la Eucaristía durante la Última Cena, enseñándonos que está presente en el pan y en el vino consagrado.
Y se realizan representaciones como la que cada año se realiza en el Barrio de San Juan de Guadalupe en donde se hace la representación en vivo con un grupo teatral de la última cena y el lavatorio de pies, acto mediante el cual Jesús enseñó el mandamiento del amor y del servicio.
El Jueves Santo termina a las doce de la noche, se desnudan los altares, se reserva el Santísimo en un lugar digno fuera del templo, se quitan todos los adornos y las flores porque comienza el Viernes Santo y la Iglesia está desolada por la pasión de Cristo.