El terrorismo yihadista dejó un total de 9.572 víctimas en los 2.304 atentados cometidos por los distintos grupos y facciones a lo largo de 2023, casi la mitad de ellas en Mali y Burkina Faso, y con Afganistán a la cabeza de los países que han registrado un descenso de muertes.
Son datos del Anuario del Terrorismo yihadista 2023 elaborado por el Observatorio Internacional de Estudios sobre el Terrorismo (OIET), que destaca cómo algunas tendencias vienen consolidándose en todo el mundo.
Entre ellas, la consolidación de África Occidental como epicentro de la actividad yihadista o el debilitamiento de las estructuras centrales tanto de Al Qaeda como del Estado Islámico frente al liderazgo de sus franquicias regionales.
El informe también refleja cómo las estructuras yihadistas siguen ejerciendo una actividad de baja intensidad en Europa, en parte gracias a los éxitos cosechados en la lucha antiterrorista internacional.
Aunque el número de atentados apenas varió respecto a 2022 (de 2.270 a 2.304), sí aumentó un 15 % la cifra de víctimas mortales, que pasó de 8.305 a 9.572.
Esto se explica, según el estudio, por la letalidad de los ataques cometidos por el Estado Islámico en el Khorasan (conocida como ISIS-K, la rama afgana del grupo) y la intensa campaña de atentados perpetrados en Mali y Burkina Faso, que aglutinan el 49 % de las víctimas mundiales, pero también en Benín, Togo, Costa de Marfil y Mauritania.
En Burkina Faso hubo 666 atentados con 2.916 muertos; en Mali, 413 ataques y 1.739 víctimas; en Camerún, 198 y 330; en Nigeria, 169 y 623, y en Pakistán, 131 y 704.
Otros países de Oriente Medio como Siria, Afganistán e Irak, sin embargo, vieron reducido el número de víctimas mortales a manos de grupos yihadistas, con 543, 132 y 88, respectivamente.
En Europa los atentados se focalizaron en Francia, donde una veintena de ellos segaron la vida de 26 personas.
El estudio subraya la instrumentalización de los grupos yihadistas de la guerra en Gaza, que emplean para incitar a la radicalización y a corto plazo "se traduce en un potencial aumento de los atentados" o la creciente amenaza capitalizada por el ISIS-K.
Esta facción, que reivindicó el reciente atentado en Moscú en el que murieron más de un centenar de personas, representa "la mayor amenaza" para la seguridad internacional debido a su capacidad para planificar y materializar atentados.
El anuario apunta que pese a que el régimen talibán ha logrado controlar sus avances en suelo afgano la desarticulación de varias de sus células a lo largo de 2023 ha dado a conocer sus intenciones de atentar en Europa.
internacionales
