Corea del Norte anunció este lunes que ha recibido una petición del primer ministro japonés, Fumio Kishida, para reunirse próximamente con el líder norcoreano, Kim Jong-un, a través de sus medios estatales.
La petición para organizar una cumbre entre ambos líderes “lo antes posible” se transmitió recientemente por un canal diplomático, según dijo la hermana de Kim Jong-un, Kim Yo-jong, en una nota de prensa publicada hoy por la agencia norcoreana KCNA y recogido por la surcoreana Yonhap.
Kim Yo-jong se pronuncia
La hermana del líder advirtió a Japón sobre sus “intentos de interferir en los derechos soberanos” de Corea del Norte y sobre su “preocupación por el asunto de los secuestros”, que a juicio de Pionyang “no tiene solución”.
Añadió que si Tokio “aspira verdaderamente a mejorar la relación entre los dos países” y a “contribuir a asegurar la paz y la estabilidad en la región”, necesita “tener la valentía política para hacer elecciones estratégicas que se ajusten a sus posibilidades”.
El primer ministro nipón “debería saber que solo porque quiera hacer algo y haya tomado una decisión, eso no significa que pueda reunirse con el líder de nuestro país, o él vaya a acceder a ello”, subrayó Kim Yo-jong.
El primer ministro quiere mejorar relaciones
Al igual que sus predecesores, el primer ministro nipón, Fumio Kishida, ha manifestado en repetidas ocasiones su voluntad de resolver el tema de los secuestros de ciudadanos nipones hace décadas por parte del régimen norcoreano, y ha mostrado su intención de reunirse con Kim Jong-un con vistas a desbloquear el asunto.
Al preguntarle sobre el anuncio de Pionyang durante un debate parlamentario, Kishida dijo que viene trabajando “para hablar con Corea del Norte”, y destacó la importancia de celebrar eventualmente una cumbre “para resolver los problemas pendientes”.
A mediados del mes pasado, la propia hermana del líder norcoreano dio a entender que el régimen estaba abierto a mejorar su relación con Japón, e incluso afirmó que una visita a Pionyang de Kishida “podría producirse”, aunque también expresó las dudas del régimen sobre las verdaderas motivaciones de Tokio.