Doña María Pons Nicoux junto con su esposo Peter Degetau Wegener comenzó la empresa que hoy conocemos cómo Mole Doña María.
Doña María vivía en la localidad de Potrero, en el municipio de Real de Catorce, donde empezó a colocar a su línea de productos como chiles mexicanos, postres, salsas caseras, con clientes en la ciudad de San Luis Potosí.
Debido al éxito de sus productos se mudó primero a Cedral, y después a la ciudad de San Luis Potosí porque su marca era cada vez más aceptada por los consumidores y comenzó a crecer y extenderse, no sólo en San Luis Potosí, sino también en la Ciudad de México, Tampico, Monterrey y algunas ciudades del norte y el Pacífico. Los kilos que se producían de forma manual se transformaron en toneladas, gracias a la aplicación de los molinos eléctricos.
El 4 de febrero de 1956 alcanzaron por primera vez la producción y venta de 100 toneladas de mole.
El primer producto fue el clásico mole poblano en polvo, embalado dentro de bolsas de celofán en las presentaciones de 50 y 250 gramos. Hasta 1961 comercializó la pasta de mole concentrado, que se convirtió en el líder absoluto del mercado.
Adobo, pipián y también mole verde se empaqueta y se vende con esta técnica.
Doña María y su esposo, no tuvieron hijos y al estar entrados en años, cansados de tanto trabajo deciden vender, así es como en 1969, Enrique Hernández Pons, sobrino de doña María y propietario de la compañía Herdez, se ofreció a pagar en efectivo por la empresa y así adquirió el negocio.
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María Pons Nicoux
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Colocación de la última piedra del edificio en donde se instaló la fábrica
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Bendición e inauguración de las instalaciones de Avenida de la Paz
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Acompañada de amigos y familiares, Doña María presidió la inauguración y bendición del inmueble
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Durante la inauguración
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Haciendo historia
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Trabajadores de la fábrica Doña María
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Los equipos con que trabajaban era tecnología de punta
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Fachada del edificio de Avenida de la Paz
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Presentación tradicional de los productos Doña María
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Promocional