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Educación cívica: una prioridad para el futuro

María Aranzazu Puente Bustindui | 19/03/2024 | 12:15

Estimadas y estimados amigos de plano informativo,en el tejido de una sociedad justa y democrática, la educación cívica se erige como el hilo conductor que une a sus ciudadanos en un compromiso compartido con los valores democráticos, los derechos humanos y la participación activa en la vida pública. En México, la importancia de considerar la educación cívica como prioritaria para nuestros niños, niñas y jóvenes no puede ser subestimada, pues sienta las bases para el desarrollo de una ciudadanía informada, crítica y comprometida con el bien común.

En primer lugar, la educación cívica es fundamental para garantizar el pleno ejercicio de la ciudadanía en un sistema democrático. Al proporcionar a los estudiantes conocimientos sobre la estructura del gobierno, los derechos y responsabilidades de los ciudadanos, así como los procesos políticos y electorales, se empodera a las nuevas generaciones para participar de manera informada en la vida política y social del país. Esto es especialmente relevante en un contexto donde la apatía política y el desencanto hacia las instituciones democráticas son preocupaciones crecientes.

Además, la educación cívica promueve valores fundamentales como la tolerancia, el respeto mutuo y la justicia social. Al fomentar la comprensión y el diálogo entre personas de diferentes orígenes y puntos de vista, se construyen puentes de entendimiento que fortalecen la cohesión social y previenen la polarización y el conflicto. En un país tan diverso como México, donde la pluralidad cultural y étnica es una realidad palpable, la promoción de la tolerancia y el respeto a la diversidad es esencial para construir una sociedad inclusiva y cohesionada.

Asimismo, la educación cívica juega un papel crucial en la prevención de la corrupción y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Al enseñar a los estudiantes sobre la importancia de la transparencia, la rendición de cuentas y el estado de derecho, se promueve una cultura de integridad y responsabilidad que es fundamental para el buen funcionamiento de la democracia. Además, al empoderar a los jóvenes para ejercer su papel de vigilantes y defensores de la democracia, se fortalece la capacidad de la sociedad para resistir y combatir la corrupción en todas sus formas.

Sin embargo, a pesar de su importancia, la educación cívica suele ser relegada a un segundo plano en el sistema educativo mexicano. La falta de recursos, la falta de capacitación docente y la ausencia de un enfoque integral en el currículo escolar son algunos de los obstáculos que enfrenta la educación cívica en México. Es fundamental que las autoridades educativas y la sociedad en su conjunto reconozcan la importancia de esta materia y trabajen juntas para fortalecerla y promoverla en todas las etapas del proceso educativo.

La educación cívica es una piedra angular en la construcción de una sociedad democrática, justa y equitativa. Al empoderar a los niños, niñas y jóvenes con conocimientos, valores y habilidades cívicas, estamos sentando las bases para un futuro donde la participación ciudadana, el respeto a los derechos humanos y la justicia social sean los pilares de nuestra convivencia común.

Es hora de que la educación cívica sea reconocida como una prioridad en México y se le brinde el apoyo y la atención que merece. Nuestro futuro democrático depende de ello.

Muchas gracias por su atención y lectura. Nos leemos en quince días.

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