“Hacer más en menos tiempo”. Ese es el lema de la productividad tóxica que se disfraza con mensajes motivacionales romantizados. Sentirse agobiados por la presión de que cada segundo del día haya producido un beneficio para poder irse a dormir tres horas con el miedo de estar perdiendo tiempo en descansar es el pan de cada día para todas las personas adultas que viven en un sistema capitalista.
Sin embargo, cada vez más está creciendo el movimiento que impulsa a las personas a no seguir los estándares irreales de la productividad tóxica en favor de la salud física y mental a largo plazo. Pero para poder combatir esta pandemia, es necesario conocer el problema de raíz, así que prepárate para conocer a fondo de qué se trata este tema.
¿Qué es la productividad tóxica?
La productividad tóxica es una obsesión porque cada acción tenga un beneficio trascendental. Aplica no solamente para las cuestiones económicas, sino también para los asuntos personales y laborales; es decir, una persona afectada por esta conducta maladaptativa querrá sacarle el mayor provecho hasta a comprar un café de camino a su trabajo porque querrá obtener la mejor oferta y el mejor producto en el menor tiempo posible.
Se trata de una exigencia por la excelencia tanto para uno mismo como para el resto de personas y, por supuesto, cosas. Inevitablemente, esto elimina el factor “placer” de las motivaciones para hacer cualquier actividad. Ya ni siquiera importa si será disfrutable ir de shopping, sino que toda la atención se la lleva la decisión de compra entre los jeans de calidad costosos o los accesibles que durarán un par de años.
¿Cuáles son los síntomas de la productividad tóxica?
Lo más peligroso de la productividad tóxica es que parte de la idea de que es un esfuerzo disciplinado por conseguir diferentes metas, lo que es venerado por los grandes empresarios y gurús del éxito. Así, es muy fácil perder el norte para detectar cuándo el equilibrio entre ser productivo y tener salud mental se quedó en el camino.
A la larga, la productividad tóxica provoca enfermedades físicas, como agotamiento, pérdida de peso y de cabello; y trastornos mentales, como depresión, ansiedad y problemas alimenticios. Por eso es muy importante aprender a identificar las señales de que te estás acercando a los extremos peligrosos de esta conducta. Cuando notes los siguientes cambios de comportamiento y síntomas físicos, será momento de buscar ayuda.
Comportamientos:
Trabajar más horas regularmente
Dormir poco tiempo
Hacer ejercicio en exceso
Comer de forma irregular
Capacidad de atención en deficiencia
Practicar más de un hobbie a la vez
Hacer varias cosas al mismo tiempo
Medir compulsivamente cada minuto
Síntomas:
Agotamiento
Ojos irritados
Malestar general
Somnolencia o insomnio
Dolores de cabeza y estomacales
Contracturas y dolor de articulaciones
Defensas bajas
Caída del cabello
Pérdida o aumento de peso
¿Cómo evitar caer en la productividad tóxica?
Nutre a tu cuerpo
Si tu cuerpo no está sano, ningún método de productividad le permitirá hacer 2 horas de ejercicio, trabajar 10 y practicar piano 4. Necesita su combustible para funcionar de manera óptima: dale los nutrientes básicos en las cantidades adecuadas, lleva un estilo de vida activo, toma suplementos alimenticios, y todo lo que consideres útil.
Define tus prioridades
Cuando has perdido de vista lo que más importa es fácil sacrificar cosas valiosas por otras de las que realmente puedes prescindir. Por ejemplo, si ya no crees que el descanso es tan importante restarás horas de sueño a tu horario diario para trabajar más tiempo en tus tareas laborales o ver series y películas. Aunque parezca que puedes sobrevivir con cuatro horas de sueño, los perjuicios que le estás causando a tu cuerpo a largo plazo se pueden tornar en problemas crónicos que afectarán más que tu capacidad de dormir. Así que, piénsalo dos veces la próxima vez que prefieras estar tres horas en TikTok en lugar de dormir más tiempo.
Establece límites
Salir del estado de workflow es muy difícil porque ya agarraste vuelo, y con toda la inspiración que tienes en el momento, sientes que podrías correr tres horas sin cansarte. Pero así como debes delimitar el tiempo para hacer ejercicio también necesitas ser muy clara en las horas que le vas a dedicar a cada actividad de tu agenda para que tengas un poco de tiempo para hacer de todo y no descompensar ningún área de tu vida.
