Hasta el 14 de abril de 2024, las y los visitantes del Museo Casa de Carranza, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), podrán cruzar un puente con el pasado imaginado por niñas y niños, a través de la exposición Retóricas del pasado. El imaginario infantil y la ciencia.
La muestra se integra con las obras participantes de dos convocatorias que lanzó esta institución de la Secretaría de Cultura federal, por medio de la Coordinación Nacional de Arqueología, para contribuir al conocimiento de las infancias mexicanas en torno al legado arqueológico.
La primera es una exhibición de carteles de divulgación, la cual pone al alcance los resultados de investigaciones interdisciplinarias sobre el patrimonio arqueológico, los cuales generan curiosidad en torno a la época precolombina y otras culturas antiguas del mundo, entre el alumnado de nivel escolar básico, cuyas preguntas son respondidas con bases científicas.
El recinto, ubicado en la calle Río Lerma 35, en la colonia capitalina Juárez, presenta carteles que, de forma creativa, atractiva y asequible, hacen del conocimiento de las y los menores temáticas alrededor de los animales, aspecto físico y vestimenta, comida, concepciones sobre la muerte, cosmogonía, jerarquización social, así como salud y enfermedad de esas sociedades.
Jóvenes arqueólogos, historiadores y antropólogos físicos plasmaron, de forma didáctica y en un lenguaje sencillo, sus estudios o conocimientos para responder a cuestionamientos tales como: ¿en el México prehispánico usaban aves para comunicarse?, ¿para qué usaban a los perros?, ¿existían los zoológicos?, ¿tenían mascotas?, ¿había dulces?
Otras preguntas más a las que se da respuesta en esta exhibición son: ¿había dentistas?, ¿es cierto que sacrificaban a los niños para los dioses?, ¿cómo enterraban a los antiguos gobernantes purépechas?, ¿cómo era la muerte para las culturas del desierto? o ¿de qué estaba hecha la ropa de los antiguos pobladores de lo que hoy es México?
Intercalados con los carteles de divulgación, se exhiben los dibujos que respondieron a la convocatoria “Un viaje al pasado”, con el fin de incentivar la expresión artística de niñas y niños de entre 6 y 12 años, respecto al legado cultural de quienes habitaron nuestro país antes de la llegada de los españoles.
Sobre papeles cartulina, ilustración, cartoncillo o cascarón, y acuarelas, crayones, lápices de color, gises, plumones o pinceles, cada dibujo plasma una visión particular de los juegos, el aprendizaje entre padres e hijos, la observación de los astros, etcétera, en entornos de montañas, lagos, cuevas y sembradíos.
Retóricas del pasado entrecruza la curiosidad infantil con la ciencia, al presentar costumbres, hábitos, comidas u objetos del pasado que, quizás, desconocemos o nunca nos habíamos preguntado sobre su existencia.
