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Todo por una torta

Leopoldo Pacheco | 14/03/2024 | 10:28

NUNCA SE IMAGINÓ QUE AQUELLA tarde del 31 de julio, el hambre o el antojo habrían de sellar su destino por un emparedado del Subway.

SI HACEMOS UNA RELATORÍA aproximada o de memoria reciente, supimos todos a través de un video en las redes sociales, de un energúmeno que, enfurecido, propinó una despiadada golpiza a un joven de 15 años porque no le despachó rápido su pedido en la conocida cadena de emparedados de origen norteamericano, en esa sucursal de Rutilo Torres, en la colonia Paseo, un lunes del verano de 2023.

LA INDIGNACIÓN GENERAL HABRÍA de colocar a Fernando Medina como uno de los más buscados, al punto que el propio gobernador del estado, Ricardo Gallardo Cardona, prometió que no quedaría impune y habría justicia para Santiago.

NO FUE HASTA EL VIERNES 4 DE agosto cuando elementos de la policía de investigación dieron con el paradero de quien se supo, era dueño de un gimnasio, tienda de autopartes y hasta instructor de artes marciales mixtas, lo cual fue notorio por la brutalidad demostrada en el video que recorrió el mundo.

SOCARRÓN EN SU EXPRESIÓN, escoltado por dos agentes en “crocs” (chancletas) el “tiburón” se imaginó en ese momento que de cualquier forma saldría libre, después de que lo acusaran de intento de homicidio incluso.

Y ASÍ FUE. EL SÁBADO 31 DE diciembre, en la víspera del Año Nuevo, Fernando Medina recuperó su libertad tras haber llegado a un acuerdo sus abogados con la familia del joven que fue golpeado, a lo cual habría que destacar que los golpes que recibió el joven no tenían características de sanado superior a 15 días, lo cual le resultó benéfico al experto en pelea, de quien dicen, mientras estuvo en el Centro de Reclusión número uno en la delegación de la Pila, dio algunas clases de boxeo a los internos.

SU DEFENSA LOGRÓ LA reclasificación del caso. Originalmente enfrentaba un proceso penal por el delito de homicidio calificado en grado de tentativa agravada en contra del joven menor de edad que trabajaba en una tienda de comida rápida. Sin embargo un juez reclasificó el delito por lesiones que le permitió alcanzar su libertad.

TODO PARECÍA QUE QUEDARÍA ahora en el pasado, una vez que se cumpliría el resarcimiento del daño que marca la ley, el sujeto habría de cumplir lo que resta del proceso, en libertad, y a pesar de haber sido amenazado en las redes sociales, nada parecía ir en serio, o cuando menos así fue para él, que no tardó en rehacer su vida como siempre.

PASARON DOS MESES TAN SOLO, Y fue una mañana del lunes 11 de marzo cuando se escucharon las detonaciones de arma de fuego a las afueras del gimnasio en la Avenida General I. Martínez de esta capital. En el suelo, en un charco de sangre, yacía “el tiburón”.

LAS PRIMERAS PESQUISAS sugerían que posiblemente habrían sido dos agresores, pues las heridas indicaban que habrían sido utilizados dos calibres distintos.

AL TIEMPO QUE LE RELATO ESTO, amigo lector, la investigación continúa.

NO HA CONCLUIDO Y SIN DUDA podría tener nuevos resultados.

LA VIOLENCIA COMO UN FUEGO que se alimenta de sí mismo, aparece con la provocación más simple.

EL CLAXON EN UN SEMÁFORO, UN incidente de tránsito, un cajón de estacionamiento, un empujón en el transporte público.

PARA AQUELLOS QUE PUEDEN SER menos ingenuos o más perspicaces se cree que el tristemente famoso tiburón “ya la debía” y se la cobraron por otra causa, lejos de lo que pasó en el restaurante Subway.

PERO SI NO, SI AHÍ AFUERA HAY quien se hace el vengador anónimo, también ello es un fenómeno no menos preocupante de lo que hoy nos hemos convertido: la generación de personas que hasta la madre, son capaces de hacer, de vengar, de matar.

LA REACCIÓN DE MUCHOS EN internet fueron vivas, que bueno, se lo merecía…

NO DEJA DE SER ESA PARTE QUE nos obliga a desear un final que se nos hace el mejor o el más justo. Como si se tratase de nosotros mismos.

ESTA HISTORIA SIN DUDA continuará.

AQUELLA TARDE AL TIBURÓN SE LE habría antojado un emparedado de jamón con queso italiano…

HASTA LA PRÓXIMA