En 1911, el doctor Juan H. Sánchez mandó construir una quinta para destinarla a casa habitación de su familia, y escogió para ello el Barrio de Tequisquiapan, que en ese tiempo estaba poblado por mansiones y quintas de veraneo, fuera de la ciudad, pero no muy lejos.
La elegante mansión fue ocupada por quien fuera director del Hospital Central, y luego de su muerte la ocupó la Casa de las Religiosas del Espíritu Santo y el último cuarto del Siglo XX se convirtió en el Centro Potosino de Convenciones.
El inmueble, ubicado en el 610 de la calle Benigno Arriaga, tiene un gran parecido a las construcciones porfirianas del Centro Histórico y su amplitud y ubicación ha sido un importante atractivo para el Centro Potosino de Convenciones.