Jueves 2 de Mayo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Más allá de la puerta

José Luis Solís Barragán | 09/03/2024 | 10:45

MORENA COMO ENTE DENTRO del sistema político mexicano, nació como un movimiento de alto espectro social, logró aglutinar múltiples demandas sociales, fue receptor de la expectativa de cambio ante el hartazgo contra la clase política, e incluso fue un movimiento que generó su fuerza desde la propia plaza pública.

ES DIFÍCIL CLASIFICAR AL PARTIDO lopezobradorista en la lógica de la izquierda y la derecha; la recepción de tantas demandas sociales más bien lo colocaban bajo la visión de ser el instituto político “antisistema”, sus estilos y formas incluso rompían la estructura tradicional de hacer política.

ESTAS QUIZÁS SON ALGUNAS DE las razones por las que Morena, a seis años de un triunfo histórico, no logra transitar de movimiento a partido, sin embargo, a ellas podemos adicionar las múltiples y contradictorias personalidades que se suman al partido; por un lado, el discurso antiprianista y por otra se reconoce la “importancia” de sumar al enemigo a la causa.

MORENA Y EL PRESIDENTE López Obrador son víctimas de sus propias trampas, como opositores hicieron temblar al sistema mismo; como liderazgos sociales lograron arroparse de representación política ante la evidente contradicción de ideas con las que coexistían; y como políticos lograron vender espejismos de soluciones sencillas, para problemas complejos.

SIN EMBARGO, A SEIS AÑOS DE asumirse como la representación pura del pueblo, las facturas empiezan a vencerse y con ello la necesidad de pagar los pendientes; los problemas sencillos no se resuelven y por el contrario se agravan; la suciedad que empantanaba al sistema político no se limpia y parece que solo se acumula como herencia para el siguiente gobierno; y aquellas esperanzas de cambio verdadero se resquebrajan ante la máxima gatopartista de: “cambiar todo, para que nada cambie”.

EL PRESIDENTE Y MORENA deben aceptar que no han logrado la consolidación de su movimiento, que más allá de formulas discursivas que se repiten por su clase política, la realidad es que no consiguen transitar a un partido político con ideología clara, pero sobre todo, que encause la lucha institucionalizada por el poder, sin necesidad del caudillismo de su fundador.

ANDRÉS MANUEL Y SU movimiento deben reconocer que ya dejaron de ser el grupo opositor que podía culpar a otros de los males y fracasos del país; que las urnas los llevó a ocupar el poder y por tal motivo, tienen la responsabilidad de las virtudes y defectos en el ejercicio de este, y por consiguiente la crítica ahora se direcciona directamente a ellos.

ESTA SEMANA, UNA PUERTA DEL Palacio Nacional fue derribada por manifestantes de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, exigían diálogo con aquel que prometió derribar la llamada “verdad histórica”; pero más allá de la puerta, se muestra un desgaste por el ejercicio del poder y la incapacidad de cumplir aquello que, como oposición, se pintaba con soluciones mágicas.

HOY UNO DE LOS RECLAMOS MÁS sentidos del último sexenio se convierte en una demanda contra la actual administración; uno de los grupos que encontraron en Morena una caja de resonancia, palpan en su máximo dirigente la incapacidad de diálogo y de brindarles soluciones; y esta es la muestra de que el poder sí cambia el rumbo y el pensamiento de sus detentadores.

EN POCO TIEMPO QUIZÁS escuchemos que el reclamo de los 43 estudiantes normalistas comenzó a “derechizarse”, que la mafia del poder que se encontraba moralmente derrotada pretende levantar banderas para frenar la transformación; y para cerrar el argumento que por respeto a la investidura no se puede dialogar.

MORENA VA TARDE EN SU proceso de consolidación como partido, la curva de aprendizaje de políticos y gobernantes se prolongó de forma considerable; y las contradicciones internas hoy son un obstáculo para ellos mismos; y ello es importante, dado que es la primera vez que dicho partido va a las urnas para que la ciudadanía lo evalúe en su desempeño.

LUIS H. ÁLVAREZ SENTENCIÓ PARA el PAN: “Nunca nos derrotó la derrota, que no nos derrote ahora la victoria”; quizás más allá de la puerta caída de Palacio Nacional, encontramos que al presidente y Morena sí los derrotó la victoria.

@josesolisb