En febrero pasado, la inflación general en el País descendió a 4.40 por ciento anual, frente a 4.88 por ciento de enero y por abajo del 4.42 esperado por el consenso de Bloomberg, pero la relacionada con los servicios repuntó a 5.30 por ciento.
Con ello, la inflación de los servicios ligó 19 meses por arriba del umbral del 5.0 por ciento, mientras en ese periodo la general descendió desde una máxima de 8.70 por ciento registrada en agosto del 2022.
"La inflación de servicios sigue estancada por encima del 5.0 por ciento anual debido a mayores costos, principalmente laborales por los incrementos al salario mínimo", anotó Banco Base.
"Asimismo, los proveedores de servicios siguen transfiriendo sus incrementos en costos a la población, debido a que la demanda se mantiene fuerte y fue el sector económico de recuperación más lento tras la pandemia", abundó.
Por separado, Grupo Financiero Ve por Más indicó que la inflación en los servicios se debe a "un traslado más lento de los choques de años pasados y por su mayor sensibilidad al incremento en salarios".
Jorge Omar Moreno, investigador y catedrático de la Facultad de Economía de la UANL, señaló que los incrementos en los precios de los servicios están relacionados con temas de costos de energéticos, laborales y una mayor demanda.
"Los servicios son susceptibles a temas del mercadeo y cadenas de suministros", agregó.
"También estamos observando un crecimiento más acelerado de la demanda que por la oferta de servicios y eso está presionando la inflación".
En el caso de Monterrey y su área metropolitana, la inflación general se ubicó en 4.55 por ciento, a tasa anual, menor a la de 4.74 por ciento registrada en enero, pero algunos servicios mostraron tasas mucho mayores.
Por ejemplo, en el rubro de cuidado personal, el corte de cabello registró una inflación anual del 7.11 por ciento; la educación privada, de 7.37 por ciento, y los restaurantes, bares y similares, de 9.65 por ciento.
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