Jueves 2 de Mayo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

La corresponsabilidad ciudadana

José Luis Solís Barragán | 04/03/2024 | 09:53

La democracia como sistema político se sostiene de la premisa de que se instituye un gobierno del pueblo y para el pueblo; es así, que se entiende al ciudadano como eje central de las decisiones del Estado, pero ello no sólo desde el punto de vista de la representación, sino incluso del fin mismo del llamado pacto social.

La calidad de ciudadano no es solo una denominación o una condición dada por la edad; el concepto de ciudadanía debe traducirse en el reconocimiento de derechos del individuo, pero así mismo, de obligaciones.

La ciudadanía desplazó el concepto de súbdito, y con ello la figura del soberano se replanteo en su papel dentro del Estado; de ser vasallos de la voluntad del titular del Gobierno, la sociedad se convirtió en el depositario de la soberanía y con ello, el poder se debía subordinar en aras del beneficio colectivo.

El ciudadano dentro de la idea de la democracia tiene el derecho a decidir sobre sus representantes, pero al mismo tiempo, tiene la facultad para exigir que se le rinda cuenta, que el poder político justifique la razón de su actuar y en su caso sancionar la imprudencia en el ejercicio del poder.

Una democracia requiere un sistema jurídico robusto que se respete por las autoridades y el ciudadano, mecanismos de control de poder que impida el desbordamiento de este, un gobierno transparente que permita que el ciudadano pueda observar eldesempeño de las autoridades, así mismo, requiere generar puentes de involucramiento que hagan al ciudadano participe de las decisiones públicas.

Un Estado moderno asume que la fuerza gubernamental no alcanza a resolver los problemas que afectan a sus ciudadanos y por tal motivo renuncia a ser el detentador del monopolio del espacio público; un Estado visionario se desplaza de la lógica estatocentrista, a la colocacióndel ciudadano como elemento legitimador y multiplicador de esfuerzos para atender las demandas complejas que la sociedad plantea.

Sin embargo, es claro que el ciudadano y el gobierno han confundido a la democracia como un simple ejercicio temporal de acudir a la urna de forma periódica; el concepto de ciudadano y de políticas públicas funciona bien en los discursos, pero no encuentran materialización en la realidad del Estado mexicano
El ciudadano asume un papel secundario e incluso desconoce a quienes se ostentan como representantes populares, el gobierno en lugar de incentivar la transparencia y la rendición de cuentas se muestra cómodo en espacios de opacidad e impunidad; el ciudadano no se plantea formas, ni interés de participar en la toma de decisiones de la colectividad y el gobierno prefiere monopolizar lo público y todo ello reduce la calidad de nuestra democracia.

La ciudadanía no se inmiscuye en los asuntos públicos por múltiples razones, pero sin duda una cuestión preponderante es la condición de pobreza en que vive un porcentaje importante de la población, es decir las limitadas posibilidades de satisfacer las necesidades primarias de los individuos, desplaza por completo la noción de lo colectivo; a ello podemos sumar la baja confianza en las instituciones gubernamentales y la apatía que ello mismo genera.

Es claro que el ciudadano tiene limitaciones formales, informales e incluso legales para tomar su papel como centro del sistema político; es notorio que debemos caminar rumbo a la construcción de una ciudadanía activa, que se propositiva, fiscalizadora e incluso sancionatoria.

El ciudadano debe encontrar su papel dentro de la vida pública, debemos renunciar a la comodidad de ser únicamente agentes receptivos que consideran que el espacio público es responsabilidad del Gobierno, debemos evolucionar para dejar un país más dinámico a las próximas generaciones.

Las campañas electorales comienzan y con ello se presenta la oportunidad de dar pasos en la construcción de ciudadanía, es momento de incentivar la participación en las urnas, pero para ejercer un derecho informado y racional; es momento de dimensionar que desde la colectividad se debe dirigir el rumbo del país y la calidad de gobierno que aspiramos.

El modelo de comunicación política generará hartazgo en grandes sectores sociales, pero es fundamental que nosotros mismo hagamos conciencia de la importancia de ejercer el voto; de lo contrario seguiremos siendo simples observadores que no tuvieron la determinación de construir un país con una democracia que garantizara la salud de la República.

La ciudadanía debe asumirse como corresponsable de vida pública y debe poner fin a la partidocracia; solo así, la participación ciudadana puede ser el factor determinante en este proceso electoral

@josesolisb