La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, descartó este jueves pedir un nivel superior de protección para la torre Eiffel, tal como había propuesto la pasada semana la ministra de Cultura, Rachida Dati, lo que daría más competencias al Estado en su supervisión.
El emblemático monumento parisino se ha convertido en el nuevo motivo de colisión entre Hidalgo, que gobierna la capital al frente de una coalición de izquierda y ecologistas, y Dati, exlíder de la oposición conservadora en el Ayuntamiento y ministra del Ejecutivo de Emmanuel Macron desde el pasado enero.
La torre reabrió el pasado domingo tras seis días de huelga de los trabajadores, que pedían un cambio de la gestión económica del monumento y más inversiones, ya que consideran que se encuentra en mal estado debido al aumento del óxido, aunque no en peligro estructural.
Durante el paro, Dati había propuesto colocar a la torre como monumento protegido, lo que hubiera dado más competencias al Estado en su cuidado y supervisión.
Pero Hidalgo, en una entrevista en el canal TF1, aseguró que el monumento está suficientemente protegido con su estatuto actual, por lo que descartó solicitar el cambio de estatuto. "No lo voy a pedir", afirmó.
En su lugar, pidió que Dati "pague lo que debe", ya que el Ayuntamiento considera que el Estado debe todavía 1,4 millones de euros para trabajos de mantenimiento.
La torre Eiffel inició en 2019 una nueva campaña de pintura, que tenía previsto aplicar la vigésima capa desde su construcción, pero los trabajos van con mucho retraso debido a la pandemia y a la detección de plomo procedente de pintura vieja, tanto en el monumento como en sus alrededores.
Entre las quejas de los sindicatos al convocar la huelga figuraban lo que consideraban un presupuesto insuficiente para la gestión y el mantenimiento de la torre, así como una estimación de los ingresos previstos exagerada, puesto que se basaba en una hipótesis de 7,4 millones de visitas anuales, algo que no se ha conseguido nunca.
La crisis de la covid-19, según las centrales, había generado un mayor desequilibrio entre ingresos y gastos, provocado por unas pérdidas de 120 millones de euros en 2020 y 2021 ante la falta de turistas.
El monumento, inaugurado en 1889 para la Exposición Universal de París, tiene 300 metros de altura y está gestionado por la Sociedad de Explotación de la Torre Eiffel (SETE), controlada al 99 % por el Ayuntamiento parisino.
En 1964 entró en el registro de monumentos históricos de Francia y desde 1991 está catalogada como Patrimonio de la Humanidad.
