Con el autosabotaje, eres tu peor enemigo sin darse cuenta. Averigua aquí si te afecta y qué puede hacer al respecto.
Autosabotaje en una relación: cómo sigues poniéndote obstáculos a ti mismo
Somos nuestros críticos más duros. Si algo no es perfecto, esa vocecita en nuestra cabeza es la primera (y normalmente la única) en hacernos sentir mal. No necesitamos que nadie nos diga lo mal que nos queda el pelo hoy, podemos hacerlo solos. Es una lástima que a menudo no solo seamos nuestro juez más severo, sino que también nos causemos problemas a nosotros mismos sin proponérnoslo conscientemente. Especialmente el autosabotaje en la relación ocurre más a menudo de lo que crees. Nuestra propia mente nos engaña e inconscientemente nos complicamos la vida. Por desgracia, reconocer estos patrones de comportamiento en nosotros mismos no es nada fácil y requiere mucha autorreflexión. Descubre aquí qué signos son típicos del autosabotaje en una relación y cómo puedes trabajar contigo mismo de la forma más eficaz.
Autosabotaje en una relación: ¿Por qué contribuimos a la destrucción de nuestra relación sin darnos cuenta?
Es muy fácil señalar a los demás cuando surgen problemas. Asumir las propias responsabilidades y admitir que nos hemos comportado mal requiere un poco más de esfuerzo. Sin embargo, el requisito básico para ello es, en primer lugar, ver la causa en uno mismo. Y ahí es precisamente donde radica la dificultad del autosabotaje: a nuestros ojos, lo estamos haciendo todo bien, pero nuestro cerebro nos está jugando una mala pasada. Las creencias y patrones de conducta tóxicos e interiorizados nos dan la sensación de que tenemos toda la razón con nuestras acciones y palabras. Sin embargo, provocan todo lo contrario en nuestros semejantes.
El autosabotaje en las relaciones también tiene mucho que ver con la autoprotección. Queremos evitar que nos hagan daño. Para evitarlo, levantamos barreras y dejamos que nuestra pareja se acerque a nosotros solo hasta cierto punto. Este comportamiento suele deberse a experiencias negativas del pasado que no queremos revivir. Desafortunadamente, este comportamiento también significa que nos bloqueamos a nosotros mismos ante hitos hermosos e importantes de la relación, lo que significa que esta no puede fortalecerse realmente y tiene pocas perspectivas a largo plazo.