Viernes 26 de Julio de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.
espectáculos

57 Segundos Atrás: Entre la comedia y el suspenso

Agencia Reforma | 23/02/2024 | 08:53

Gerard Butler, Nicolas Cage, Bruce Willis... Muchos actores de renombre han hecho una fructífera carrera en películas de serie B, producciones de género que tienen menos presupuesto que los grandes filmes de Hollywood.
 
 El legendario Morgan Freeman también suele participar en algunas, y aquí en 57 Segundos Atrás tiene un papel pequeño como un gurú de la tecnología que pone el ojo en Franklin (Josh Hutcherson, de las películas de Los Juegos del Hambre), quien durante un simposio se encuentra un anillo en el piso, y pronto se da cuenta que, al presionarlo, puede regresar el tiempo 57 segundos.
 
 Como cualquier joven despreocupado que se tope con algo así, Franklin primero le da rienda suelta a esta nueva habilidad, conquistando a la chica que le gusta cual Mel Gibson en Lo que Ellas Quieren (2000) o Bill Murray en Hechizo del Tiempo (1993), o haciendo dinero en casinos donde nadie lo puede cachar. Tanto él, como el espectador, se divierten de lo lindo.
 
 Sin embargo, Franklin guarda una vieja rencilla con el multimillonario Sig Thorenson (Greg Germann), cuyas prácticas farmacéuticas han causado la muerte de muchas personas, incluida su hermana. Por obra del destino (o la pluma de los guionistas), Thorenson muestra un interés inmediato en Franklin y sus misteriosas habilidades, lo que lleva a este último a infiltrarse en su compañía para vengarse.
 
 57 Segundos Atrás tiene menos acción de lo que se esperaría de una película así, ya que más bien juega con el concepto del tiempo y las estrategias que Franklin utiliza para salirse con la suya y lograr sus objetivos (incluso, en algunas ocasiones, literalmente sobrevivir).
 
 Este equilibrio entre comedia y suspenso crea una combinación decente si el espectador sabe a lo que va y busca desconectarse por completo. Vamos, la película sabe lo que es y no pretende ser otra cosa.
 
 Eso sí, todo esto conduce a un clímax verdaderamente ridículo incluso para los estándares del género. Y ahora que estamos en temporada de premios, habría que destacar el trabajo de Morgan Freeman y el cómo logra contener la risa sin chistar. Eso es ser un gran actor.