El artista catalán Antoni Tàpies es centro de una gran retrospectiva en el Museo Reina Sofía con obras provenientes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo.
La muestra Antoni Tàpies. La práctica del arte, que recorre la trayectoria del artista desde sus inicios como creador autodidacta hasta sus últimas décadas, abrió sus puertas este miércoles en el recinto madrileño en el marco del centenario del nacimiento del pintor y escultor, que se conmemoró el pasado 13 de diciembre.
"Es verdaderamente una fiesta, es la más grande retrospectiva jamás realizada sobre el artista catalán, con más de 220 obras", señaló el director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade.
Antes de llegar al museo en la capital española, una versión reducida de la exposición pasó el año pasado por el centro cultural belga Bozar. Y luego de su estancia en Madrid, viajará en julio a la Fundación Antoni Tàpies en Barcelona.
La retrospectiva arranca con las primeras obras de Tàpies (Barcelona, 1923), quien comenzó su carrera de forma autodidacta copiando pinturas de Vincent van Gogh y Pablo Picasso mientras convalecía de una enfermedad pulmonar a sus 19 años.
Estas primeras salas exhiben autorretratos y pinturas con cualidades fantásticas, pero también la serie de dibujos Historia natural, una reflexión sobre el mundo que lo rodeaba que hizo cuando ya había entrado en contacto con las vanguardias internacionales en París, donde residió gracias a una beca.
Pronto Tàpies comenzó a producir las obras por las que es quizás más conocido, cuadros abstractos elaborados con diferentes técnicas, elementos y texturas, en tonos principalmente ocres, grises y negros, con los que buscó "alterar la concepción tradicional de la superficie pictórica", refiere una nota de prensa de la exposición.
Aquí destaca Gran pintura, un cuadro prestado por el Museo Guggenheim elaborado en 1958 con polvo de mármol y arena sobre lienzo, que con su superficie deteriorada y desgarrada asemeja un muro desgastado por el paso del tiempo.
Es "un pintor que no está limitado por una visión formalista, tradicional, retrógrada de la pintura, es un pintor para el cual la pintura" puede ser "absolutamente todo", explicó Manuel Borja-Villel, curador de la exposición.
Compromiso políticoAntoni Tàpies. La práctica del arte continúa con su producción en las décadas de 1960 y 1970, cuando predominan obras hechas con papel y cartón, junto a diversos objetos de la vida cotidiana.
En esta época también se ve "al artista comprometido políticamente, que empieza a reaccionar contra la dictadura de (Francisco) Franco", con obras como 7 de noviembre, por la fecha en 1971 cuando se creó la Asamblea de Cataluña, una plataforma antifranquista con bastante apoyo popular, apuntó Borja-Villel.
Las últimas salas recorren las décadas finales del artista, cuando produjo obras de gran tamaño, en las que las referencias a la muerte y la enfermedad estaban muy presentes.
La retrospectiva "es una ocasión maravillosa para mirar el legado de (...) un artista prolífico, sin duda el más importante de la segunda mitad del 20 en el contexto español" e internacional, señaló Imma Prieto, directora de la Fundación Antoni Tàpies.
Antoni Tàpies i Barba, hijo del artista fallecido en Barcelona en 2012, dijo esperar que sirva para que las nuevas generaciones "y otras que quizás conocían parcialmente la obra de mi padre, puedan reencontrarse con ella".
La exposición permanecerá en el Museo Reina Sofía hasta finales de junio.
