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El riesgo de depresión aumenta en la menopausia

MejorConSalud | 13/02/2024 | 12:52

Siete de cada 10 mujeres experimentan depresión en la menopausia. Cada una vive la situación de modo particular, pero para todas, el apoyo profesional y social es indispensable.
 
Aunque la menopausia y la depresión no son lo mismo, hay un vínculo. Así parecen establecerlo diferentes investigaciones llevadas a cabo en el último tiempo.
 
La depresión y la menopausia comparten ciertos síntomas, como los cambios de humor, la irritabilidad y la fatiga. Sin embargo, la primera es una enfermedad y la segunda no lo es; al contrario, se trata de una etapa normal de la vida de las mujeres.
 
Si bien este período no es una causa directa de trastornos del estado de ánimo, es posible que los cambios que ocurran allí favorezcan la aparición de patologías psicológicas. Claro que esto no sucederá sí o sí y dependerá de las características personales de la mujer, de su historia previa y de los factores de riesgo.
 
¿Cómo es la depresión en la menopausia?
De acuerdo con las investigaciones, atravesar la menopausia aumenta el riesgo de depresión y ansiedad en las mujeres. Ahora bien, hay que entender la depresión en esta etapa no difiere en cuanto a diagnóstico de la que ocurre en otros momentos de la vida.
 
Ello significa que un profesional de la salud mental podrá determinar la existencia de la enfermedad siguiendo los criterios habituales. Lo que sí tendrá que hacer es prestar mayor atención al solapamiento de síntomas psicológicos que son propios de la menopausia y que no significan un problema psiquiátrico.
 
En concreto, los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición (DSM-V) establecen que hay depresión cuando la persona tiene al menos cinco de los siguientes síntomas:
 
Fatiga extrema.
Problemas para dormir.
Estado de ánimo deprimido.
Sensación de inutilidad o culpa.
Agitación o lentitud en las acciones.
Reducción o incremento del apetito.
Ideación suicida o intentos de suicidio.
Pérdida o aumento de peso sin intención.
Pérdida de interés o placer por las actividades.
Problemas para concentrarse y tomar decisiones.
Estos síntomas deberán estar presentes casi todos los días y por tiempo prolongado. Además, deben tener la capacidad de afectar las actividades cotidianas, de tal manera que a la persona se le dificulte concretar tareas básicas, como dormir o trabajar.
 
¿Cuáles son los síntomas?
Si bien se necesitan cumplir los criterios del DSM-V para el diagnóstico de depresión en la menopausia, también hay que reconocer una variabilidad entre las mujeres. No todas experimentan esta etapa de la misma forma ni manifiestan síntomas depresivos en igual medida. También es variable cómo cambian las manifestaciones a lo largo de los años.
 
Una revisión de 2016, publicada en el Journal of Affective Disorders, encontró que los síntomas son más severos en la perimenopausia que en otros momentos. Es decir, durante los años cercanos previos y posteriores al cese de los ciclos menstruales.
 
A medida que transcurre la menopausia, los cuadros depresivos se estabilizan. De todas maneras, el paso de los años trae más síntomas de ansiedad.
 
Hasta el 75 % de las encuestadas en diferentes estudios manifestaron cuadros depresivos durante la perimenopausia. Y, en general, los trastornos del sueño y la pérdida del placer (incluido el sexual) fueron los síntomas más reportados.
 
Entre los trastornos del sueño, el insomnio de mantenimiento es el más frecuente. Ocurre cuando nos acostamos, podemos dormirnos en pocos minutos, pero nos despertamos en medio de la noche y tenemos dificultades para volver a dormir.
 
Un artículo científico original de 2017 también registró las siguientes estadísticas entre mujeres peri y posmenopáusicas:
 
El 12 % manifiesta pérdida de la libido.
Alrededor de 2 de cada 10 tiene olvidos frecuentes.
El 30 % de ellas se encuentran afectadas por episodios de irritabilidad y letargia o falta de energía.
 
¿Por qué la depresión sería más frecuente en la menopausia?
La relación entre la menopausia y la depresión es compleja y multifactorial. Ya aclaramos que no todas las mujeres tienen un diagnóstico de salud mental tras cesar sus ciclos menstruales, ni tampoco todas reúnen los mismos factores de riesgo.
 
Aquellas con antecedentes de depresión están más expuestas. Sobre todo si han tenido diagnósticos de depresión posparto o algún trastorno disfórico recurrente durante sus ciclos menstruales.
 
Las mujeres con una menopausia temprana o precoz también tienen más riesgo. Al contrario, una edad mayor de inicio de la perimenopausia funciona como un factor protector; quizás, por estar más tiempo expuestas a los efectos beneficiosos de los estrógenos.