NO FUE LA BODA DEL SIGLO

Estuvimos pendientes de todos los detalles desde que comenzaron los preparativos. Muchos cronistas de sociales y hasta comentaristas políticos habían especulado a sus anchas sobre la boda de dos personajes del México de nuestros días.

El novio, 44 años; la novia, 40. Él, gobernador del estado de México; ella, actriz de telenovelas famosa por su papel de “Gaviota” en “Destilando Amor”; ella, madre de tres hijas de su unión con José Alberto Castro cuando la actriz tenía 20 años de edad y cuyo matrimonio fue anulado: él padre de tres hijos de su unión con Mónica Pretelini, matrimonio que duro 14 años y terminó cuando ella falleció el 11 de enero de 2007 víctima de un paro respiratorio.

La boda en la catedral de Toluca, en una misa oficiada por el arzobispo de Chihuahua Constancio Miranda, el obispo de Toluca Francisco Chabolla y el obispo Carlos Aguiar Retes, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano. La novia llegó en un automóvil Passat negro acompañada de Alejandro Peña Pretelini, quien la entregó al novio. El prometido, por su parte, fue entregado a la novia por Sofía, hija de la contrayente.

Hablamos de Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México y su ahora esposa Angélica Rivera Hurtado.

Los testigos del contrayente fueron sus hermanos: Arturo y Verónica; los de la consorte sus hermanos: Manuel y Carolina. En la recepción estuvieron unos doscientos invitados.

Un detalle que pasará a la historia es que los padrinos de velación fueron sus hijos: Paulina, Alejandro, Nicole, Sofía, Fernanda y Regina, todos miembros de una misma familia que vivirá en adelante bajo la observancia de principios éticos, morales, filosóficos y religiosos dignos de ser emulados por hombres y mujeres de bien de todo el mundo.

No fue La Boda del Siglo, pero sí la más comentada.