El 5 de febrero de 1811 Miguel Hidalgo y sus seguidores llegaron por primera vez a territorio de San Luis Potosí, y entraron por Ojo Caliente.
La ruta de Miguel Hidalgo, ya insurgente, ya prisionero, tiene un valor emblemático. No sólo interesa a la historia de la guerra ni a la biografía del prócer.
Más allá de esto, la ruta se entrelaza con el símbolo patrio que significa Hidalgo. El recorrido que llevó a cabo por gran parte del país contribuyó desde un principio a que su figura se vinculara con todos y cada uno de los lugares por donde pasó.
Ciudades, villas, pueblos, haciendas y rancherías tienen como parte de su historia el paso de Hidalgo.
Haya hecho ahí algo importante o nada, más que haber pasado, es suficiente para consignarse.
Hidalgo sigue siendo el símbolo de la independencia. Y de ese símbolo, por mitificado que sea, participan los lugares del itinerario.
En el caso de San Luis Potosí entró el 5 febrero de 1811 por Ojo Caliente; el día 7 arriba a Salinas; el día 8 pasa por la hacienda Cruces; el día 9 llega a la hacienda Gunamé; el día 10 llega a Venado; el día 11 llega a Charcas y dura cuatro días; el día 14 llega la hacienda Laguna Seca, pasa por la hacienda de Solís y rinde jornada en El Represadero (hoy Villa de Guadalupe); el día 17 llega a Matehuala donde se reúne con Allende y dura 6 días; el día 23 llega a Cedral; y el día 24 acampa en algún lugar cerca del Salado para internarse después en ahora estado de Coahuila.