A mediados del siglo XIX se estableció para la Sociedad Potosina, un espacio para que los empresarios y comerciantes se reunieran con el objeto de convivir socialmente, y establecer proyectos de negocios entre sus miembros.
Se instalaron inicialmente en el edificio El Parián que hoy es el Palacio Municipal, sin embargo su consolidación inició a partir de 1868, años de su re-fundación.
La sede de la Sociedad fue conocida como El Tívoli, una huerta ubicada en el Barrio de Tequisquiapam al poniente de la ciudad, en la Finca de Pablo Peralta.
Según las crónicas, en esta finca había espejos de agua, áreas verdes, recintos para la práctica de tiro al blanco y boliche, para degustar comida, café y vinos.
Abarcaba la manzana que hoy corresponde a las calles de Cuauhtémoc y Melchor Ocampo, Mariano Jiménez y Tomasa Estéves. Este sitio llegó a tener la preferencia de las clases acomodadas de la ciudad, y tuvo sus mejores momentos a finales del porfiriato.
Su actividad social pronto hizo que este recinto al aire libre fuera inadecuado y por 1870 rentaron una casa en la calle de Aldama, que adquirieron años más tarde y que hoy conocemos como "La Lonja de San Luis".
El legado de La Lonja es un espectacular salón de baile con pinturas al fresco realizadas por artistas italianos, mobiliario de origen austriaco, cortinas francesas así como hoja de oro de 22 quilates en espejos de cristal húngaro y candiles realizados por Limognes en Francia.
En este salón todavía se lleva a cabo cada año el tradicional baile de presentación en sociedad de las jovencitas potosinas, conocido como El Baile de los Lanceros.
Fotos: El Arcón de los Abuelos