Hay esperanza para aquellos que viven (y duermen) en el mundo real: dormir menos de ocho horas por noche no significa estar condenado a una tumba prematura, indicó The Wall Street Journal.
El diario refirió que un estudio reciente que analizó el sueño y la longevidad encontró que la "regularidad" del sueño (acostarse y despertarse a horas constantes con pocas interrupciones a mitad del sueño) importa más que cuánto tiempo se duerme.
Dormir seis horas todas las noches en un horario constante se asoció con un menor riesgo de muerte prematura que dormir ocho horas con hábitos muy irregulares.
El estudio se suma a una comprensión cada vez mayor de los vínculos entre el sueño y la longevidad.
Las investigaciones de los últimos años han demostrado no sólo lo importante que es el sueño para la salud y la esperanza de vida, sino también que la duración del sueño no es lo único que importa.
El estudio, publicado en la revista Sleep, encontró que la regularidad del sueño reducía el riesgo de muerte prematura por cualquier causa entre 20 y 48 por ciento en comparación con aquellos con el sueño más irregular.
Los hábitos de sueño irregulares incluían horarios inconsistentes de sueño y vigilia, interrupciones del sueño y siestas.
La duración del sueño seguía siendo importante: las personas que dormían de forma prolongada y constante tenían el menor riesgo de mortalidad, afirma Angus Burns, investigador de la Facultad de Medicina de Harvard y coautor del estudio.
Pero un sueño más corto y regular se asoció generalmente con una menor mortalidad que un sueño más prolongado e irregular.
En un estudio separado, los investigadores observaron métricas como la frecuencia con la que las personas tenían problemas para conciliar el sueño y si usaban medicamentos para dormir.
Descubrieron que las personas que dormían más sanamente tenían una esperanza de vida de 4.7 años y 2.4 años más que aquellos con los peores hábitos de sueño, para hombres y mujeres respectivamente, según el estudio del 2023 publicado en la revista médica QJM.
El Journal indicó que los estudios que muestran qué aspectos del sueño son más importantes para la salud a largo plazo pueden ayudar a identificar los hábitos en los que hay que centrarse.
Incluso las personas que duermen más sanamente tenían cierta variabilidad en sus horas de sueño y vigilia, señala Burns, pero recomienda que las personas traten de mantener sus horas de sueño y vigilia dentro de un periodo de una a dos horas.
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