No debemos minimizar los efectos de nuestra dieta en ningún sentido. Nuestro órgano pensante, nuestro cerebro, también se ve beneficiado de lo que comemos cada día. A medida que nuestros cuerpos envejecen, nuestros cerebros también pueden envejecer, y el envejecimiento del cerebro puede tener importantes implicaciones clínicas. Sin ir más lejos, un reciente estudio publicado en la revista eLife concluyó que cambiar a una dieta rica en verduras frescas y baja en alimentos procesados es una herramienta maravillosa para salvaguardar la edad biológica de nuestro cerebro.
La importancia de la dieta
Así, comer habitualmente cereales integrales, frutas, verduras y mariscos parece retrasar los signos de envejecimiento cerebral acelerado que se observan habitualmente en la obesidad. Y estos resultados son incluso tangibles con una pérdida de apenas el 1 por ciento del peso corporal de una persona. Estos hallazgos subrayan el impacto significativo de los hábitos alimentarios en la salud del cerebro.
Los investigadores de la Universidad Ben-Gurion del Negev observaron tres dietas entre personas con obesidad: una dieta siguiendo pautas dietéticas saludables, la dieta mediterránea y la dieta mediterránea verde (con menos proteína animal y más alimentos de origen vegetal). Todos ellos formaban parte de DIRECT PLUS, un ensayo clínico a largo plazo a gran escala durante 18 meses entre 300 participantes. El subestudio fue realizado por Galia Avidan, del Departamento de Psicología, y Gidon Levakov, exestudiante de posgrado del Departamento de Ciencias Cognitivas y Cerebrales.
Los participantes en el estudio tenían 30 años o más (edad promedio alrededor de 52 años) y padecían obesidad medida por el tamaño de la cintura o trastornos de los lípidos en la sangre (triglicéridos altos y HDL -o colesterol bueno- bajo).
Se cree que ciertos estados de salud pueden contribuir a que los marcadores de envejecimiento cerebral sean más rápidos. La inflamación y el estrés crónico, por ejemplo, pueden promover la contracción del cerebro al suprimir la función cerebral saludable y la creación de nuevas células cerebrales. También la obesidad. La acumulación de grasa, especialmente alrededor del vientre y alrededor de nuestros órganos, aumenta la inflamación y la disfunción metabólica, que pueden dañar el cerebro.
Datos claros
Los resultados avalaron que la pérdida de peso atenuó el envejecimiento cerebral dentro de este subestudio del ensayo DIRECT-PLUS, concluyendo que apuntar a una pérdida de peso saludable puede ayudar a frenar el envejecimiento cerebral. Así, los escáneres cerebrales realizados después de un periodo de 18 meses mostraron que la edad cerebral de los participantes parecía casi nueve meses más joven de lo esperado, en comparación con las estimaciones de la edad cronológica de su cerebro.
Las estimaciones de la edad cerebral se basaron en un algoritmo que había sido entrenado con escáneres cerebrales de una cohorte separada de casi 300 personas, y el modelo predijo con precisión la edad a partir de medidas de conectividad cerebral. Este envejecimiento atenuado se asoció con cambios en otras medidas biológicas, como la disminución de la grasa hepática y de las enzimas hepáticas.
Los datos presentados en este artículo demuestran más evidencia a favor de la idea de que los cambios en el estilo de vida pueden afectar significativamente nuestro estado cerebral y nuestro ritmo de envejecimiento. Además en un corto periodo de tiempo, ya que esos pequeños cambios que podamos llevar a cabo en nuestro estilo de vida pueden ser suficientes para cambiar visiblemente la salud de nuestro cerebro y, potencialmente, ayudar a disminuir el ritmo del envejecimiento cerebral.
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