Oscar Esquivel | 22/12/2023 | 09:14
Años pasan sin interés, días aburridos, semanas sin acción, somos rehenes del tiempo y las circunstancias, hay ocasiones que podríamos pasar horas ante el televisor, viendo novelas turcas, hoy tan de moda o algún documental de esos que te hacen llorar por su contenido esperanzador, somos el reflejo de los sentimientos de otros, los llevamos hasta nuestro interior que nos apachurra el corazón.
Pronto será navidad, para algunos la melancolía los agobia tanto, al grado de caer en ansiedad o depresión, son días donde el recuerdo aflora desde muy adentro y no hay como dejar de sentir nostalgia por los momentos felices, por las personas amadas que hoy ya no están, o algún amigo que se fue o simplemente el ambiente envolvedor de alegrías y sabores que no son para nosotros.
En navidad me gustaría ya no escribir de aquello que nos angustió aparte de todo lo vivido de manera personal, no quisiera recordar la guerra que arrebata, pisa, enloda a la humanidad, me niego aceptar que un país que alberga a todas las religiones, donde en Belén nació el profeta más extraordinario hace veintiún siglos, la región donde se gestó el cristianismo, Israel, se a quien hoy ha entierre a 8 mil niños inocentes, que el gobierno judío haga uso excesivo de la fuerza y en un claro arrojo asesino, mantenga la idea del exterminio infantil en aras de no ver crecer a sus próximos enemigos, si Hamás nació como organización de resistencia, fue y ha sido el producto de las agresiones constantes del gobierno sionista, apoyado por el país que se dice protector de los derechos humanos, los Estados Unidos.
No quisiera escribir de aquello donde los hombres se avergüenzan de su propia humanidad, la segregación de los más pobres, del migrante errante, escapando de la miseria y el hambre, de la violencia extrema lacerante y estúpida. Somos racistas entregados a la superficialidad que nos da el tener una piel diferente, discriminamos al que camina cientos, miles de kilómetros, no se le ofrece abrigo, ni pan, lo que sí, desprecio por ser pobres entre los pobres.
El arcoíris símbolo de la diversidad sexual, grabado en la bandera que simboliza la libertad, con más frecuencia se le ve en blanco y negro, las muertes a causa del odio por estas personas son diarias y aun así siguen adelante mostrando valentía aceptándose tal cual son.
En navidad quisiera olvidar usar el teclado de la computadora, para denunciar el feminicidio, el infanticidio, las muertes de jóvenes a manos de criminales, las desapariciones de hijos, padres, hermanos, encontrados con suerte en una fosa común de la delincuencia, otros solo arrojados a una canal de aguas negras, como si sus vidas fueran un puñado de desechos. Para los vivos, los buscadores, sus vidas se convierten en un infierno, el buscar sin encontrar, es una piedra de peso en sus almas marchitas.
La navidad es para escribir cosas bonitas llenas de esperanza, con colores de amor y aire de paz, pero ¿cómo olvidar a los caídos? los soldados, policías que ofrendaron sus vidas por esta guerra al narcotráfico que lleva años, estas personas, en Noche Buena ya no estarán en su silla para festejar el nacimiento de Cristo, todo quisiéramos olvidar, pero la muerte a permeado el alma del país. Ni gobernadores ni presidentes municipales, hacen su trabajo, culpan a la federación de no contar con recursos suficientes para la seguridad pública, pero que tal el despilfarro en ferias, festejos, autos y francachelas, para eso si hay, por ello ya estamos en el número 61 de percepción de inseguridad de 66 evaluados.
Se dice que en la navidad todo se olvida, se perdona, se ama, creo es verdad siempre que la humanidad se reconcilie con ella misma, que el hermano elija entre el rencor y la avaricia es mejor el arrepentimiento, que los votos por la paz se hagan efectivos y no posturas egocéntricas de un vil asesino, dar gracias por la vida, que después de ella ya nada tiene remedio, la navidad es familia, si alguno voló, hacerlo regresar, siempre honrando las buenas enseñanzas de nuestros padres, la navidad no es el regalo físico, es el abrazo fraterno, entregado con verdad y amor.
Con esta poesía de Rafaéla Carra, les deseo lo mejor en Noche Buena y un mejor nuevo nacimiento para ti.
Feliz navidad
A los que se sienten mal esta noche,
Feliz navidad
Para el viajero espacial y el migrante errante,
Feliz navidad
A mi portero que nunca duerme
Feliz navidad para Él,
Feliz navidad
Para quien tiene deudas, todo se resuelve,
Feliz navidad
Para los que están en guerra,
Feliz navidad
A todo los niños del mundo, sin navidad,
Feliz navidad
¡Feliz Navidad a usted!
Feliz navidad
A los que están sin amor,
Para quienes mueren solos,
Feliz navidad
A los que no saben lo que es la navidad,
Feliz navidad, para mi,
Feliz navidad,
Para los que se aman,
A los que me quieren mal,
A quien tiene frio y sueñan con el sol,
Feliz navidad, a mi amor,
Ojalá nevara amor como la nieve,
Muy feliz navidad para ti.
Nos saludamos pronto.
OSCAR ESQUIVEL