Viernes 26 de Julio de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Voltear para argentina

José Luis Solís Barragán | 18/12/2023 | 00:11

Momentos complejos viven las democracias latinoamericanas, la efervescencia de cambios ideológicos en las naciones y con ello sus respectivos ajustes a los sistemas jurídicos que se adecuan a las nuevas realidades, solamente han acentuado el debate entre liberalismo y estatismo, sin embargo, se cuenta con un elemento adicional que complica el escenario: la polarización.

Son múltiples los países latinoamericanos que han dado giros importantes entre dos visiones económicas muy claras: el liberalismo y su lógica de libre mercado como generador y redistribuidor de la riqueza nacional; y el intervencionismo, que plantea un Estado que participe activamente en la economía, al ser el principal impulsor y garante del bienestar colectivo.

Chile después de décadas dio la espalda al neoliberalismo en busca de un Estado de bienestar; Brasil castigó al estatismo con la elección de Jair Bolsonaro, para pronto regresar a dicha visión, a través de Lula da Silva; Bolivia y la derrota de Evo Morales; y por supuesto México y la visión crítica al neoliberalismo por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En las últimas semanas, en Argentina se va gestando un cambio radical de la visión sobre la intervención del Estado en la economía, después de 16 años de Kirchenerismo, Javier Milei impulsauna agenda de libre mercado, colocando en jaque la lógica del Estado de bienestar en aras de promoveral liberalismo y la mano invisible de la economía clásica.

Javier Milei emanó de un proceso electoral complejo, dos visiones de Estado muy claras que se contrastaban en el discurso, pero sobre todo en la realidad económica argentina; la población debía elegir entre dos polos opuestos, por un lado, la continuidad de un modelo que dejaba a su paso espirales inflacionarias sin control, medidas paliativas que no atendían el problema de fondo; y, por otro lado, una propuesta para desmantelar programas sociales y redimensionar al Estado.
Ambas propuestas llevaban a un punto en común, el shock de la economía, ambas tendrían como consecuencia una crisis derivada del déficit fiscal insostenible, sin embargo, la soluciones que se planteaban eran polos opuestos y que para el grueso de la población implicaba una moneda en el aire, en la que se jugaba su futuro a mediano y largo plazo.

Triunfó la visión liberal, los primeros anuncios del nuevo gobierno señalan devaluación, recortes presupuestales a programas sociales, austeridad en el gasto de la estructura burocrática; y continua la posibilidad de dolarizar la economía argentina, ello, ante la falta de confianza y credibilidad de su Banco Central.
Argentina vive una crisis, llegar al punto en que se encuentra aquella nación, fue un proceso de años y de decisiones cuestionables, diversas son las causas, pero sin duda alguna hay una relación directa con la falta de responsabilidad en el gasto público, que se tradujo en un déficit fiscal, que la nación no podía soportar.
Los mexicanos deben voltear hacía Argentina, no para hacer comparaciones irracionales y que se alejan de la realidad, pero si, para reflexionar sobre las causas de sus problemas y la incapacidad del Gobierno de frenar los efectos inflacionarios, sobre la importancia de mantener finanzas públicas sanas, así como un compromiso permanente con la eficiencia y eficacia en el ejercicio del gasto público.

Argentina debe mostramos algunas inquietudes para México y América latina que nos permitan evitar vivir la situación que ellos viven, las más destacadas deben ser:¿Qué compromisos deberá hacer el próximo gobierno para evitar un dispendio de los recursos públicos, así como para plantear una reforma fiscal de fondo que para evitar comprometer la capacidad financiera del Estado?; ¿Cómo se construirá un dialogo entre la clase política que impida incrementar los climas de polarización que sólo abren la puerta al populismo?; ¿Qué papel juega la ciudadanía para evitar el colapso de instituciones que no propiciela concentración del poder en liderazgos que se asumen como redentores?; y por último, ¿Cómo lograremos superar la discusión ideológica que nos tiene atrapados respecto del papel del Estado en la economía?
México y América Latina tienen la necesidad imperante de consolidar sus democracias, de lo contrario mientras sigamos incentivando la polarización de las sociedades, veremos caer sistemas políticos por la llama populista tanto de partidos de izquierda y de derecha, misma que continuaráconsumiendo a las naciones y a sus sociedades.

@josesolisb