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5 pasos para crear límites en el trabajo y evitar que te consuma

GQ | 14/12/2023 | 13:37

No hay que vivir pegado al trabajo 24/7. La Universidad de Harvard tiene algunos tips que te pueden ayudar.
 
Es muy importante aprender a poner límites en el trabajo, de lo contrario puedes acabar agotado, sin ganas, con un muy mal desempeño y convertido en una especie de zombie corporativo.
 
Los japoneses tienen un término al que conocen como Karoshi, que literalmente se traduce como muerte por exceso de trabajo y tal vez suena muy extremo, pero responde a un fenómeno real en el que miles de personas experimentan consecuencias negativas, con problemas de salud física y mental, por dedicar su vida entera a estar trabajando.
 
Y sí, hay que trabajar para ganar dinero y sobrevivir, pero trabajar en exceso nunca es buena idea y de hecho puede ser la razón por la que no puedes pensar con claridad, tienes problemas para tomar decisiones y tu desempeño y productividad están por los suelos.
 
La solución no es renunciar y mudarse a una zona remota de Islandia para vivir “Off The Grid” (aunque se vale fantasear con eso de vez en cuando), la verdadera solución es aprender a poner límites para evitar que el trabajo te consuma y te deje sin ganas de vivir, y para eso, la Universidad de Harvard tiene algunos consejos.
 
Cómo poner límites en el trabajo para evitar que te consuma, según Harvard
 
De acuerdo con The HaPi Guide, de Harvard Pilgrim HealthCare, hay 5 pasos que se necesitan aplicar para aprender a poner límites, para protegerte y para que el exceso de trabajo no mate tu productividad.
 
 
Hay que entender cuáles son tus prioridades
Trabajar sin un plan puede llevarte a perder tiempo, a sentir que tienes que hacer un millón de cosas al mismo tiempo y a que no puedas terminar tus pendientes a tiempo y tengas que llevarte el trabajo a casa.
 
La primera parte de un plan consiste en entender y establecer las prioridades, identificar las cosas más importantes y qué es lo que realmente necesitas hacer para llegar a donde quieres estar. Al conocer esto, es más fácil saber dónde tienes que poner tu energía y atención, y qué cosas puedes eliminar o dejar para después.
 
Límites suaves y duros
De acuerdo con Harvard, hay límites que van a ser más estrictos que otros. Los suaves no son tan estrictos y pueden cambiar o modificarse un poco, pero también hay que tener algunos límites duros, que son cosas no negociables y que no debes sacrificar por nada.
 
El punto es que seas flexible, pero no en todo. Por ejemplo, un límite suave puede ser la apertura a extender un poco tu horario de trabajo para terminar algo quejaste a la mitad, mientras que un límite duro puede ser la decisión de no trabajar en tus vacaciones o sacrificar el tiempo que pasas con tu familia. Es importante que no solo conozcas esos límites, sino que los comuniques para tener claridad y evitar problemas.
 
No tienes que hacerlo todo
Nadie es omnipotente u omnipresente, y en el trabajo eso quiere decir que no es necesario que lo hagas todo tú solo.
 
Hay que aprender a delegar, a compartir tareas, a no colgarse responsabilidades que no te corresponden y a no estresarse por los errores de los demás. Es importante aprender a delegar a depender de las personas en tu equipo, ya que es más fácil que los problemas se resuelvan o que la carga sea más manejable cuando varias personas la cargan.
 
La clave está en que reconozcas que tienes límites físicos, y que tomar más de lo que puedes hacer solo va a hacer que te sientas más cansado y puede llevar a que cometas más errores.
 
Ajusta cuando sea necesario
Tus límites no están escritos en piedra, esto quiere decir que se vale cambiarlos y adaptarlos a tus nuevas circunstancias o situaciones.
 
Es importante que no dejes de analizar la situación y de entender tus necesidades en cada etapa de la vida o del trabajo, para que puedas estar seguro de que tus límites son adecuados. Y con cada cambio, Harvard dice que hay que volver a comunicar, sin asumir que los demás te van a leer la mente o a entender lo que necesitas simplemente porque lo pensaste.
 
Colócate a ti mismo como prioridad
Sí, el trabajo es importante, pero no es más importante que tú, que tu salud y tu paz mental. Así como cuidas de tu trabajo, también debes cuidar de ti mismo, y esto es lo que te va a ayudar a seguir siendo productivo.
 
Lo que hay que hacer es buscar tiempo para mantenerte activo y ejercitarse, aprender a controlar el estrés y tomarte tiempo para descansar cuando lo necesites, porque no vas a llegar muy lejos si no estás y no te sientes bien.