La aldea global

Viajar, da la oportunidad de aprender de los demás en un mundo que es globalizado y aún más, en San Luis Potosí que, se ha convertido por su vocación industrial empresarial, en metal metálica y eléctrico domésticos, con la presencia de extranjeros en industria triple A o transnacionales.

Así, en una metrópoli políglota y, poli cultural, integrándose la mayor parte de las extranjerías a nuestra sociedad pero, al mismo tiempo, los potosinos, hemos aprendido de sus culturas para ofrecer convivencia y hospitalidad de una forma inclusiva y respetuosa entre las diversas culturas.

Las mejores prácticas y los casos de éxitos en nuestro planeta tiene que ser aprendidos y desde luego puestos en operación, pues solo de platicas de café, no sirven absolutamente nada.

Hablamos ya, de una comunidad internacional que convive de forma multicultural. Una comunidad que apuesta al desarrollo sostenible, sustentable, incluyente y, con muchos lugares conquistados en la perspectiva de género; quizás un sueño al que apostamos quienes deseamos una vida en comunión pacífica.

La mejor forma, en este planeta globalizado, es construir una comunidad integrada y que sea activista en las desiciones de los espacios compartidos, aportando siempre las mejores prácticas que dan forma a una vida mejor. Desaprender, si me permite el término, para volver a realizar un nuevo aprendizaje colectivo es un camino acertado.

Hacer comunidad no es nada sencillo, más bien muy complicado y, haciendo a un lado los intereses personales, lo cual se siente muy difícil, pero no imposible, pues habría que ponerlos en el espacio correspondiente, solo en lo personal, para dar paso a una visión muy ciudadana en la que los intereses colectivos fuesen los primordiales.

Los momentos que se viven en la Republica Mexicana, nunca fueron más complicados, nunca antes habíamos estado tan arrinconados y encerrados en la paralización que da el miedo.

La educación, la salud, la seguridad, la polarización y más, todo está en alerta máxima pero, por ahora en el olvido, pues renace la esperanza de cada seis años o cada tres para en una “fiesta democrática” ya que somos muy dados a que solo una persona podrá resolvernos los variados problemas que afrontamos.

Será solo desde el cambio positivo personal, trasmitido a la familia, lo que podría darnos una esperanza de cambio. Y tu ¿ya iniciaste el cambio personal? Solo así habría un respiro a esta vida Nacional que no nos gusta.

@jaimechalita