José Luis Solís Barragán | 10/12/2023 | 01:38
DEFINIR LA CORRUPCIÓN NO ES UN tema menor, sobre todo considerando que las formas en que se manifiesta pueden ser muy diversas, dado que tanto es corrupción un soborno, como el peculado y el ejercicio indebido de las funciones; sin embargo, un criterio aceptado en términos generales es definirla como “el desvío del criterio que debe orientar la conducta de un tomador de decisiones a cambio de una recompensa.” (Casar)
SI DEFINIR LA CORRUPCIÓN implica un gran reto, cuanto más los intentos por combatirla, porque, así como hay diversas formas de manifestación de la conducta corrupta, también son múltiples las causas que pueden originarla; sin embargo, pese a la complejidad, el no buscar erradicarla genera consecuencias funestas para los Estados, ya que lesionan su legitimidad al vulnerar el Estado de Derecho, al destruir la objetividad que debe regir la conducta de las burocracias, con lo que se compromete la salud del Estado mismo.
LA CORRUPCIÓN ES UN fenómeno que afecta en mayor o menor medida a todas las naciones, incluso las relaciones de corrupción han roto las fronteras de los países, lo que propicia que la corrupción adquiera dimensiones alarmantes y que su combate empiece a requerir una articulación de múltiples Estados-Nación.
SI BIEN ERRADICARLA DEBIERA SER un anhelo de los Estados, lo cierto es que en muchas ocasiones la batalla se pierde y la corrupción adquiere el carácter de sistémico, lo que implica la anulación de las capacidades institucionales y un alto grado de tolerancia de la sociedad, de ahí la importancia de mantener a raya esta problemática.
EN NUESTRO PAÍS LA CORRUPCIÓN es un problema de proporciones mayúsculas, según cifras del Inegi, a través de su Encuesta de Calidad e Impacto Gubernamental, se percibe como el segundo problema más importante que afecta a la sociedad, nos cuesta como Nación entre el 5 y el 10% del PIB nacional, con lo que se sacrifica cerca de entre el .5 y .8 del crecimiento económico, esto último según cifras de la OCDE.
LA CORRUPCIÓN IMPLICA UN costo para las instituciones gubernamentales, pero también para las empresas e incluso a las familias; para el 2015 se estimó que costaba a las economías domésticas cuando menos el 14% de sus ingresos, con lo que prácticamente se convertía en un impuesto que sobre todo lesionaba a los deciles poblacionales de menores recursos.
COMO SE APRECIA, LA corrupción es un reto de Estado, combatirla requiere un fuerte compromiso de la clase política, pero sobre todo de la sociedad, ello considerando que por décadas el sistema político se entrelazó mediante relaciones de complicidad y corrupción.
GABRIEL ZAID AL HABLAR DE LA relación de corrupción y política en nuestro país, señalaba que “la corrupción no es una característica del sistema, sino que es el sistema”, y esto en gran medida se entiende si se analiza el surgimiento del Estado moderno mexicano, posterior al movimiento revolucionario, en donde la corrupción se convirtió en el elemento central que garantizó la estabilidad política durante el proceso de pacificar los ejércitos y con ello domesticar al guerrero.
EL 9 DE DICIEMBRE DE CADA AÑO se conmemora el día internacional contra la corrupción, es un buen momento para reflexionar sobre sus causas y sus efectos, pero sobre todo entender que combatirla es responsabilidad de todos y por mucho que los discursos oficialistas señalen que ya se levantó la bandera blanca en el tema, la realidad y las cifras muestran que es un compromiso estatal que está muy lejos de poder quedar cumplido.
COMBATIR LA CORRUPCIÓN implica abrir el gobierno, se requieren mecanismos eficaces de transparencia, así como un sistema efectivo de control del poder y rendición de cuentas, y con ello, dar pasos agigantados en materia de gobernanza, en donde el ciudadano adquiera un papel central en el diseño de las políticas públicas.
COMBATIR LA CORRUPCIÓN ES UNO de los retos centrales que tiene el Estado mexicano, y para ello es fundamental romper los lazos de complicidad que han alimentado al sistema político, así mismo, es necesario dejar atrás la visión estatocentrista de la vida pública.
SÍ MÉXICO DECIDE SEGUIR postergando la lucha contra la corrupción, sólo continuará incentivando la percepción de un Estado fallido y sacrificará el desarrollo nacional, marginando aún más, a los grupos más vulnerables.
LA CORRUPCIÓN ES UN fenómeno que afecta a las instituciones y a los ciudadanos ¿Hasta cuándo México seguirá tolerando estas prácticas tanto de la ciudadanía como de las autoridades? En este nuevo proceso electoral, esperemos y sobre todo, exijamos, que el combate a la corrupción no sea un tema accesorio o un simple eslogan de campaña, sino que se adquiera un compromiso real para comenzar el saneamiento de nuestra patria.
@josesolisb